SIESTA Y GENÉTICA

Un este estudio ha identificado docenas de regiones genéticas que determinan la tendencia de las personas a dormir la siesta. También se han descubierto evidencias preliminares que relacionan el acto de dormir siesta con la salud o enfermedades cardiovasculares en función de la genética del individuo.

La investigación se ha llevado a cabo analizando bases de cientos de miles de datos genéticos y estilos de vida, relacionados también con otros hábitos del sueño. Principalmente se han identificado genes asociados con la duración del sueño, el insomnio y la tendencia a ser un gran madrugador. 

El análisis profundo de todos los datos ha permitido identificar al menos tres subtipos de personas que, por su genética, tienen más predisposición a dormir la siesta: la propensión del sueño, sueño ligero, y grandes madrugadores.

Richa Saxena, coautora e investigadora, junto con sus colaboradores, realizaron un estudio genómico completo (GWAS) analizando el ADN de un gran número de personas. El objetivo de un estudio GWAS es identificar las variaciones genéticas que están asociadas con una enfermedad o, con un hábito.

El GWAS identificó 123 regiones en el genoma humano asociadas a dormir siesta. Además, un subgrupo de los participantes llevó monitores de actividad, llamados acelerómetros, que proporcionan datos sobre el tiempo que el individuo está en reposo a lo largo del día, lo que puede ser indicador de siesta. Este dato objetivo confirmó que la información dada por los participantes era precisa.

Además, los investigadores replicaron de manera independiente sus hallazgos en un análisis del genoma de 541.333 personas obtenido por compañía de pruebas genéticas 23andMe. Un número significativo de genes estaba ubicado en áreas conocidas del genoma relacionadas con el sueño. Esto nos dice que dormir la siesta está determinado biológicamente y no es solo un comportamiento determinado por el entorno o una opción personal.

Un resultado interesante fue que algunos de los subtipos genéticos de 'dormidores de siesta' presentaron factores de riesgo para su salud cardiometabólica, como es tener obesidad abdominal y presión arterial elevada.

Por otra parte, algunas variaciones genéticas ligadas a la siesta también están asociadas con la señalización mediante un neuropéptido llamado orexina, que está relacionado con la tendencia a desvelarse durante el sueño. Este transmisor es conocido por estar implicado en enfermedades raras del sueño como la narcolepsia, pero este estudio muestra que pequeñas perturbaciones en este transmisor pueden explicar por qué hay personas que duermen más la siesta que otras.

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