Según un estudio de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) la salud humana y los ecosistemas podrían verse afectados por los microbios, como las cianobacterias y las algas, que viajan en las nubes y entran en el suelo, los lagos, los océanos y otros entornos cuando llueve.
Algunos de los microbios que viajaron en las nubes pueden proceder del Océano Atlántico. Otros probablemente procedían de otras zonas de Francia sobre las que pasaban las nubes. Los microbios de la lluvia incluyen a los que están en la nube y en el aire que hay debajo de ella.
Según el estudio, los organismos transportados por el aire podrían tener importantes repercusiones en los procesos atmosféricos y en los ecosistemas en los que se introducen tras caer a la Tierra.
Dillon explica que el trabajo futuro consistirá en identificar los genes específicos asociados a la producción de toxinas por parte de estos organismos y tratar de entender qué podría o limitaría el crecimiento de estos microorganismos después de ser transportados a un nuevo ecosistema por la lluvia.
Kevin Dillon explica que algunos de los organismos que detectamos en las nubes y la lluvia tienen posibles repercusiones en la salud humana y podrían afectar también a las poblaciones microbianas en los lugares donde llueve.
Los científicos, por primera vez, fueron capaces de cultivar algas verdes recogidas de las nubes. Su estudio, una colaboración entre Rutgers y un equipo de la Université Clermont Auvergne, se publica en la revista Applied and Environmental Microbiology.
Algunos de los microbios que viajaron en las nubes pueden proceder del Océano Atlántico. Otros probablemente procedían de otras zonas de Francia sobre las que pasaban las nubes. Los microbios de la lluvia incluyen a los que están en la nube y en el aire que hay debajo de ella.
Según el estudio, los organismos transportados por el aire podrían tener importantes repercusiones en los procesos atmosféricos y en los ecosistemas en los que se introducen tras caer a la Tierra.
Dillon explica que el trabajo futuro consistirá en identificar los genes específicos asociados a la producción de toxinas por parte de estos organismos y tratar de entender qué podría o limitaría el crecimiento de estos microorganismos después de ser transportados a un nuevo ecosistema por la lluvia.
Fuentes: Infosalus, Noticias De
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