CULPABLE GENÉTICO DEL ESTRÉS DE POR VIDA

Los investigadores de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí han descubierto una alteración epigenética que se produce en una célula importante del circuito de recompensa del cerebro, que controla la forma en que el estrés en las primeras etapas de la vida aumenta la susceptibilidad al estrés adicional en la edad adulta.

En un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience, se expone como un inhibidor de la enzima responsable de esta modificación fue capaz de revertir la mayor vulnerabilidad al estrés de por vida en modelos animales.

Un historial de estrés de toda la vida es el factor de riesgo más fuerte para la depresión en los seres humanos. Ciertos estudios han demostrado que el estrés en los primeros años de la vida aumenta el riesgo de depresión adulta hasta tres veces. También se conoce que el estrés temprano en la vida aumenta la probabilidad de que el comportamiento sea susceptible al estrés más adelante en la vida y tiene efectos particularmente fuertes en el núcleo accumbens (sistema de recompensa del cerebro).

El estudio del Monte Sinaí se centró en las modificaciones epigenéticas dentro de las células, cambios químicos en la actividad de los genes que en vez de ser activados por nuestro código de ADN, lo son por moléculas que regulan cuándo, dónde y en qué grado se activa nuestro material genético.

Los investigadores identificaron un mecanismo epigenético previamente desconocido que media los efectos duraderos del estrés en la vida temprana, denominado H3K79me2 en el núcleo accumbens. El estrés en los primeros años de vida induce este mecanismo de forma selectiva en las neuronas espinosas medianas de tipo D2 del núcleo accumbens y reprograma las células para aumentar la vulnerabilidad a un segundo episodio de estrés en la edad adulta.

Los investigadores utilizaron una técnica llamada proteómica, con el fin de revelar que H3K79me2 es la modificación epigenética más regulada por el estrés de la vida temprana en esta región del cerebro. Y también, utilizaron la secuenciación de ARN para mostrar que la enzima epigenética más regulada es DOT1L (que cataliza H3K79me2).

El autor principal del estudio, el doctor Eric J. Nestler, destaca la importancia de utilizar un enfoque imparcial o abierto para identificar los mecanismos cruciales de la fisiopatología de la enfermedad. Dicho doctor junto a su equipo demostraron que la manipulación de la enzima DOT1L en neuronas espinosas medianas D2 del núcleo accumbens controla bidireccionalmente la susceptibilidad al estrés.

La investigación preparó el escenario para que los investigadores prueben el efecto de un inhibidor selectivo de molécula pequeña de DOT1L, el pinometostato, actualmente usado en ensayos clínicos avanzados para el tratamiento de la leucemia mieloide aguda.

Finalmente, tras la primera exploración del efecto del fármaco en los modelos de enfermedades neuropsiquiátricas, el equipo ha conseguido descubrir que dos inyecciones diarias del inhibidor revirtieron los efectos de sensibilización del estrés temprano en la vida en animales adultos, sin producir efectos secundarios detectables.

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