Las algas son organismos con la capacidad de realizar la fotosíntesis oxigénica y obtener el carbono orgánico gracias a la energía de la luz solar. Además en el mundo de las algas podemos diferenciar las algas que son beneficiosas y vitales para nosotros los humanos, como por ejemplo las que son una fuente del nitrógeno que necesitamos para vivir, como son las algas verdiazules. Pero por otro lado están aquellas peligrosas que tienen la capacidad de matarnos de forma muy rápida.
La toxina encontrada en las algas y la protagonista de este estudio, es la llamada anatoxina-a (ATX) o Factor de muerte muy rápido, que según afirma el autor de dicho trabajo es una de las cianotoxinas más peligrosas producidas por las floraciones de algas nocivas. Las cuales se están volviendo cada vez más predominantes en lagos y estanques de todo el mundo, esto es debido al calentamiento global y al cambio climático.
La ATX es producida por una variedad de cianobacterias que florecen en aguas cálidas y ricas en nutrientes, tienen la capacidad de poder alterar el ecosistema. Al florecer en algas nocivas, las cianobacterias reducen los niveles de oxígeno del agua, produciendo a veces toxinas, como la ATX. Una vez se produce la floración, el proceso que se realiza es el siguiente, los microbios que descomponen las aguas usan aún más oxígeno, lo que conlleva a la muerte de miles de peces e incluso la muerte de zonas.
A pesar del protocolo que llevan las autoridades en caso de detectar, en el agua, una floración en las algas, asegurándose de que se mantenga alejado de ella, todavía ha habido varias hospitalizaciones y muertes de perros y otros animales, por la razón de que la peligrosa ATX se encontraban en dicha agua.
Es por ello que los investigadores del Consejo de la Tierra de Nantucket, querían saber si el aire que rodeaba la zona también era peligroso.Afirmando que aunque ningún estudio previo ha captado pruebas de encontrar esta toxina en el aire, plantean la hipótesis de que la ATX podía transmitirse por el aire bajo a ciertas condiciones ambientales.
Para el estudio los investigadores se trasladaron a Capaum Pond, una libra de agua dulce en Nantucket, Massachusetts, conocida por sus habituales brisas de verano. En 2019 se tomaron las pruebas tanto del agua como del aire de alrededor del borde del estanque. Y efectivamente encontraron muestras de ATX en concentraciones bastantes altas en el agua.Por otro lado el equipo también detectó ATX en el aire de alrededor del estanque, encontraron una concentración promedio de 0,87 nanogramos por filtro, que corresponde a una posible exposición en el aire de 0,16 nanogramos por metro cuadrado.
Esto supone un gran peligro ya que a menudo la gente recrea alrededor de estos lagos sin darse cuenta de los problemas potenciales que puede provocarles, ya que el contacto directo o la inhalación de estas cianotoxinas puede presentar riesgos para la salud de las personas, afirma Sutherland.
Aunque los investigadores aún no están seguros de como acaba la toxina en el aire, plantean una hipótesis que dice que quizás el viento provocó que pequeñas gotas llenas de moléculas de ATX, o incluso las células cianobacterianas, se transportan por el aire, y la niebla ayudó al ATX a permanecer en el aire por más tiempo.
Pero finalizan argumentado que al no entenderse bien la exposición al aerosol de ATX, se tiene que seguir investigando, y mientras tanto mantenerse al margen de estas zonas de agua con floraciones de algas.
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