ESTRUCTURA CÚADRUPLE EN EL ADN

 Un equipo de biólogos australianos acaba de descubrir que el ADN de nuestras células no solo se organiza en la clásica forma de doble hélice que todos conocemos. Otras estructuras más complejas que hasta ahora solo se habían manifestado en muestras de laboratorio, han sido encontradas por primera vez en células vivas, en un hallazgo que podría cambiar la biología celular para siempre.

El descubrimiento de lo que los investigadores describen como un "nudo retorcido" de ADN en el interior de las células vivas confirma que el diseño de nuestro código genético es mucho más complejo e intrincado de lo que se creía.

En lo más profundo de las células de nuestro cuerpo yace nuestro ADN. La información escrita en su código( unos seis mil millones de letras A, G, C y T), proporciona instrucciones precisas sobre cómo se construyen y cómo funcionan nuestros cuerpos.

Cuando la mayoría de nosotros hablamos de ADN, pensamos en la doble hélice, sin embargo, esta estructura helicoidal no es la única forma que tienen los genes de almacenar su información.

El nuevo componente de ADN identificado por los científicos recibe el nombre de "motivo intercalado" (o "i-motif") y fue descubierto en la década de los noventa, aunque hasta el momento solo había sido visto in vitro y nunca en células vivas. Ahora, gracias al trabajo de Christ y su equipo, sabemos que el i-motif ocurre de forma natural en las células humanas.

El i-motif es un ''nudo'' de ADN de cuatro hebras. En la estructura del nudo, las letras C (citosina) de una misma hebra se unen entre sí, lo que es muy diferente de una doble hélice, donde las ''letras'' de hebras opuestas se reconocen entre sí, y donde las C se unen a las G (guaninas).

Para llevar a cabo su estudio, se desarrolló un fragmento de anticuerpo (llamado iMab) capaz de reconocer y unirse específicamente a los i-motifs. Cuando esto sucedía, su ubicación exacta quedaba resaltada con un brillo de color verde fluorescente.

Lo más excitante es que los científicos pudieron ver esas manchas verdes, los i-motifs, apareciendo y desapareciendo en el transcurso del tiempo, por lo que sabemos que se están formando, disolviendo y volver a formar.

Aunque todavía hay mucho que aprender sobre cómo funciona esta nueva estructura, los investigadores creen que los i-motifs transitorios se suelen formar tarde en el ciclo de vida de una célula, concretamente en la fase "G1 tardía" cuando el ADN es leído más activamente para su copia. Los i-motifs tienden a aparecer en las regiones promotoras (áreas del ADN que controlan si los genes se activan o desactivan) y en los telómeros, marcadores genéticos asociados con el envejecimiento.

Se cree que el ir y venir de los i-motifs es una pista de lo que hacen. Y parece probable que estén allí para ayudar a activar o desactivar genes, y para determinar si un gen se lee activamente o no.

Fuentes: ABC, El Mundo

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