IDENTIFICAN MÁS DE 3.500 MICROORGANISMOS EN ÚTEROS SANOS

El aparato reproductor femenino no es estéril. Además de la conocida microbiota vaginal, han identificado una gran variedad de bacterias en los órganos reproductores. Los seres humanos convivimos con millones de microorganismos que residen en órganos como el intestino o la piel, y que en la mayor parte de los casos no son perjudiciales, sino que, por el contrario, pueden resultar beneficiosos para la salud. Sin embargo, un desequilibrio en una de estas comunidades puede provocar una enfermedad.

Aunque en el caso del aparato reproductor humano ya se sabía que la vagina posee una microbiota muy activa, hasta hace muy poco se pensaba que el útero era un medio completamente estéril, pero un nuevo estudio ha identificado más de 5.300 microorganismos diferentes (bacterias, virus, arqueas y hongos) en el útero de las mujeres sanas. 

El trabajo ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Granada (UGR), el CSIC y el Hospital Virgen de las Nieves de Granada y se ha publicado en la revista especializada en reproducción humana Human Reproduction.

Alberto Sola-Leyva, investigador predoctoral de la Universidad de Granada y primer autor del artículo, ha explicado: “Pocos tejidos de nuestro cuerpo, si es que hay alguno, son totalmente estériles. La mayoría tienen una microbiota propia, es decir, una comunidad de microorganismos (bacterias, virus, hongos, entre otros) que habitan un sitio definido”. 

Los autores del trabajo han estudiado la microbiota funcional presente en el útero de mujeres sanas mediante el análisis de secuencias de ARN, han descrito la composición de los microorganismos activos, y han indicado las rutas metabólicas en las que podrían participar. Además, también han llegado a la conclusión de que la composición de estos microorganismos fluctúa a lo largo del ciclo menstrual.

Los resultados del estudio muestran que durante la fase menstrual en la que tiene lugar la implantación del embrión, los microorganismos presentes en el útero intervienen en la biosíntesis de prostanoides y el metabolismo del L-triptófano, que resultan clave para que se inicie el embarazo. 

Los investigadores concluyen que “el avance en el conocimiento del microbioma uterino puede suponer la identificación de biomarcadores microbianos mínimamente invasivos y una mejora en los tratamientos ginecológicos con implicaciones clínicas y terapéuticas a nivel uterino hoy desconocidas".

Comentarios