Científicos del Instituto Wellcome Sanger, Universidad de Cambridge, y sus colaboradores, han confirmado que la estructura normal de la placenta es diferente a la de cualquier otro órgano humano y se parece a la de un tumor, de forma que alberga muchas de las mismas mutaciones genéticas que se encuentran en los cánceres infantiles.
En este primer estudio de la arquitectura genómica de la placenta humana, publicado en la revista Nature, los científicos encontraron las suficientes evidencias como para apoyar la teoría de la placenta como un 'vertedero' de defectos genéticos, mientras que el feto corrige o evita estos errores. De forma que, con el fin de comprender mejor problemas como el nacimiento prematuro y la muerte fetal, los investigadores estudian la asociación entre las aberraciones genéticas y los resultados del nacimiento.
El estudio también identificó neuroblastoma y rabdomiosarcoma, con un número aún mayor de estas mutaciones en la placenta que en los cánceres mismos.
En este primer estudio de la arquitectura genómica de la placenta humana, publicado en la revista Nature, los científicos encontraron las suficientes evidencias como para apoyar la teoría de la placenta como un 'vertedero' de defectos genéticos, mientras que el feto corrige o evita estos errores. De forma que, con el fin de comprender mejor problemas como el nacimiento prematuro y la muerte fetal, los investigadores estudian la asociación entre las aberraciones genéticas y los resultados del nacimiento.
En los primeros días del embarazo, el óvulo fertilizado se implanta en la pared del útero y comienza a dividirse. Las células se diferencian en varios tipos y algunas de ellas formarán la placenta. Posteriormente, alrededor de la décima semana de embarazo, la placenta comienza a acceder a la circulación de la madre, obteniendo oxígeno y nutrientes para el feto, eliminando productos de desecho y regulando hormonas cruciales.
Se sabe que en escasos casos, algunas células placentarias tienen un número de cromosomas diferente al de las células del feto, un defecto genético que podría ser fatal, aun así la placenta a menudo funciona normal. Sin embargo, los problemas con la placenta pueden provocar restricción del crecimiento o incluso muerte fetal.
El equipo de investigadores hizo 86 biopsias y 106 microdisecciones de 42 placentas y descubrió que cada una de estas biopsias era una 'expansión clonal' genéticamente distinta, una población celular descendiente de un único ancestro común, por lo que se muestra un claro paralelismo entre la formación de la placenta humana y el desarrollo de un cáncer.
Posteriormente, en una biopsia, los investigadores observaron tres copias del cromosoma 10 en cada célula, dos de la madre y una del padre, en lugar de la copia habitual de cada padre. Pero otras biopsias de la misma placenta y del feto llevaron dos copias del cromosoma 10, ambas de la madre. Un error en el número de copias cromosómicas como este en cualquier otro tejido sería un defecto genético importante. De modo que, un defecto genético tan grave, como un error en el número de copias cromosómicas, fue solucionado por el bebé y no por la placenta.
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