Esto se ha logrado gracias al desarrollo de nuevos métodos matemáticos, que han podido demostrar que esos microorganismos proceden de zonas que se encuentran a cientos de kilómetros. Los resultados obtenidos modifican algunos de los aspectos más relevantes de la aerobiología, aportando nuevos conocimientos para el control de plagas o para el control de enfermedades infecciosas que afectan a animales y humanos.
La atmósfera sigue siendo hoy en día uno de los ecosistemas menos conocidos del planeta pero con el paso de los años, el interés por la diversidad y por la dispersión microbiana de la atmósfera ha hecho que el interés por estudiar la atmósfera esté aumentado.
La atmósfera es un hábitat que alberga una gran cantidad de microorganismos pero la concentración de estos se puede ver alterada por diversos factores como los fenómenos meteorológicos o el momento del día o del año.
Durante el tiempo de muestreo ocurrieron dos situaciones distintas. La primera situación presentaba gran abundancia de microorganismos. Este periodo tuvo una alta actividad ciclónica con muchísimas precipitaciones, con baja presión y con una velocidad del viento elevada.
En el segundo periodo, el anticiclón fue dominante y las condiciones meteorológicas más suaves. En esta situación se pudo ver una menor abundancia de microorganismos.
Según los investigadores, este hallazgo es de gran importancia para numerosos campos y nos pueden ser de gran ayuda para predecir el nivel de riesgo frente a especies invasoras de ecosistemas vulnerables debido al cambio climático o para el estudio de áreas que han sido cubiertas de nieve durante miles de años y que han quedado descubiertas.
Fuentes: Las Provincias, El Diario
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