Su investigación le hizo ser consciente de que debido a que las pruebas que las detectan no son lo suficientemente rápidas y a su proliferación, son un grave peligro.
Estos microorganismos se están multiplicando debido a varios factores, la excesiva prescripción de antibióticos, que hace que las bacterias se vuelvan resistentes, la facilidad con que los antibióticos pueden conseguirse, el crecimiento de la industria del turismo, que hace que estas bacterias se esparzan y que ciertas personas son incapaces de ver el riesgo que conlleva el abuso de antibióticos.
Desde que este investigador descubrió, como director de un departamento de microbiología en la universidad de Queensland, la existencia de las superbacterias, que crean resistencia a los antibióticos, complicando la cura de algunas enfermedades infecciosas, como la tuberculosis, la gonorrea, la neumonía o las infecciones de las vías urinarias, se interesó profundamente en este problema.
El equipo de investigadores liderado por Zawawi, en Australia, en el laboratorio de Brisbane, estudia dos tipos de patógenos principalmente, uno es una cepa de la bacteria E. coli, que suele ser una bacteria inofensiva y que vive en nuestro tracto digestivo, y el otro es un bacilo, Klebsiella pneumoniae. Normalmente las enfermedades causadas por estas bacterias son tratables, pero si la cepa que alberga una persona ha desarrollado inmunidad, puede llegar a resultar letal.
Este no es un problema que haya nacido en la actualidad, Alexander Fleming hace 76 años, ya alertó sobre los peligros que el excesivo uso de antibióticos podía entrañar.
El estudio de Zowawi y su equipo se ha basado en crear pruebas rápidas y exhaustivas, que permitiesen detectar estas bacterias resistentes de forma rápida, ya que las pruebas que hay en la actualidad tardan entre 48 y 72 horas en dar los resultados, y este periodo de tiempo puede ser crucial en su propagación.
Los test que el equipo ha desarrollado tardan solo entre 3 y 4 horas en detectar en las bacterias genes que fabrican betalactamasas, que son enzimas que permiten a las bacterias destruir un tipo de antibióticos, como la penicilina.
Para este investigador es muy importante trabajar en la prevención de infecciones y divulgar entre el público lo peligroso que puede llegar a ser el uso indebido de antibióticos.
Fuentes: National Geographic, El País
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