Lo que ocurre es que el genoma del virus es marcado con un marcador especial por una enzima humana, que indica al sistema inmunitario que se detenga, paralelamente la producción de las proteínas de superficie que el SARS-CoV-2 utiliza como llave para entrar en las células, aumenta.
Este estudio publicado en la revista Cell Reports, ayuda a sentar las bases de nuevas inmunoterapias antivirales, que son los tratamientos que ayudan a reforzar el sistema inmunitario de los pacientes, en lugar de atacar de forma directa al virus.
El doctor Tariq M. Rana, jefe de la División de Genética en el Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de UC San Diego y Centro Oncológico Moores, destaca que es muy inteligente por parte del virus usar la maquinaria de las células para entrar de forma sigilosa en más células.
En las células de los humanos, los genes se transcriben a ARN, que después se traduce en proteínas, las moléculas que componen la mayor parte de las células. Las células pueden modificar químicamente el ARN para influir en la producción de proteínas. Una de las modificaciones es la adición de grupos metilo a la adenosina, que es un componente básico de los que forman el ARN, es conocida como N6-metiladenosina (m6A), una alteración común en humanos y otros organismos, como los virus.
Los genomas completos de algunos virus, incluido el SARS-CoV-2 se componen de ARN, en lugar de ADN, además el nuevo coronavirus en lugar de llevar la maquinaria para traducirlo en proteínas, hace que las células humanas hagan ese trabajo.
El equipo de investigadores descubrió hace tiempo que la N6-metiladenosina desempeña un importante papel en las infecciones por el VIH y el virus del Zika. Los investigadores en su último estudio descubrieron que la enzima humana METTL3 agrega grupos metilo para introducir m6A en el ARN del SARS-CoV-2. Esta modificación impide que el ARN del virus desencadene moléculas inflamatorias llamadas citoquinas.
Además la actividad de esta enzima también condujo a una mayor expresión de genes pro-virales, que son los que codifican proteínas necesarias para la replicación y supervivencia del SARS-CoV-2, entre ellos el receptor de superficie celular que este virus utiliza para entrar en las células humanas. Pero aún se desconoce porque nuestras células "ayudan" al virus.
Cuando los investigadores eliminaron el METTL3 de las células en el laboratorio, utilizando el silenciamiento de genes, observaron que una molécula proinflamatoria, conocida como RIG1 se une al ARN viral, se produjeron más citoquinas inflamatorias y se inhibieron los genes provirales. Se suprimió la replicación viral.
Para comprobar como actúa este mecanismo en la vida real, los investigadores compararon muestras pulmonares post morten de pacientes con Covid-19 y biopsias pulmonares sanas, en los primeros encontraron que la expresión de METTL3 era más baja y los genes inflamatorios estaban elevados. Según piensa el profesor Rana es como si hubiese dos fases en la infección, la primera en la que el virus necesita METTL3 para ayudarle a evadir el sistema inmune y una segunda fase, después de que se replique sin parar es mejor bajar los niveles de la METTL3.
El equipo está validando ahora sus hallazgos en modelos animales y desarrollando inhibidores de METTL3 para probarlos como posibles terapias experimentales contra el COVID-19.
Fuentes: Infosalus, El Imparcial
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