¿PLANTA INMORTAL?

Welwitschia planta desierto

Aunque a priori se pueda considerar la Welwitschia, en africano “tweeblaarkanniedood”, que significa “dos hojas que no pueden morir”, es una de las plantas más feas, lo cierto es que es uno de los organismos en la Tierra el cual ha sobrevivido por miles de años.

Esta especie, Welwitschia mirabilis, fue descubierta entre 1865 y 1885 por el director del Real Jardín Botánico de Kew de Londres, Joseph Dalton Hooker, en África, concretamente, en el desierto del Namib entre Angola y Namibia.

Tiene solo dos hojas de más de 1 metro cada una que crecen de 8 a 15 cm al año. Conforme van creciendo, los extremos se desmenuzan y se enroscan entre sí, lo que en ocasiones le confiere un aspecto similar al de un pulpo. Se cree que la planta absorbe el agua a través de ellas, lo que hizo que se despertara un gran interés en esta.

La Jornada Maya - Conoce a la Welwitschia mirabilis, la planta más vieja  del mundo

Este interés llevó a Nature Communications a realizar un análisis genético de esta planta. Este estudió determinó que hace aproximadamente 86 millones de años el genoma completo de la planta se duplicó tras un error en la división celular, por lo que el genoma experimentó cambios que redujeron su tamaño y el mantenimiento energético del ADN. 

Además, esta planta puede activar ciertas proteínas para protegerse de las condiciones extremas donde viven y tiene un crecimiento lento pero sostenido a lo largo de toda su vida.

El análisis del genoma de la Welwitschia señaló que esta planta tiene todos sus genes por partida doble, lo que los expertos llaman “redundancia genética”.

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Leitch, un coautor del estudio, agrega que los genes duplicados también se liberan de sus funciones originales, asumiendo otras de nuevas. Sin embargo, tener más material genético tiene un coste, si tienes un genoma grande, consumes más energía para mantener la vida

Se determinó que la mayor actividad de genes involucrados en su metabolismo, su crecimiento celular y su resistencia al extremo clima en el desierto contribuyen a que la Welwitschia sea una planta resistente y pueda vivir miles de años. 

Un ejemplar de Welwitschia en el desierto de Namib, en Namibia, en 2016.

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