VACUNAS NASALES PARA EL COVID-19

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En una perspectiva publicada en la revista Science, los investigadores de la Universidad de Alabama (Estados Unidos) Frances Lund y Troy Randall sostienen que las vacunas intranasales podrían ser beneficiosas para seguir luchando contra el COVID-19, sobre todo si se tiene en cuenta que los virus respiratorios como el SARS-CoV-2 entran predominantemente por la vía nasal en primer lugar. La replicación del SARS-CoV-2 se dirige a las células ciliadas nasales en las primeras etapas de la infección por COVID-19. El establecimiento de la inmunidad de la mucosa nasal contra el SARS-CoV-2 a través de una vacuna nasal podría ser la forma más eficaz de combatir la infección por COVID-19

Las vacunas contra el COVID-19 actualmente autorizadas se administran mediante inyección intramuscular, donde provocan respuestas inmunitarias sistémicas y memoria inmunitaria central. Aunque actualmente se administran varias versiones en todo el mundo, hay muchas más en desarrolloUna limitación fundamental de las vacunas intramusculares es que no están diseñadas para provocar inmunidad mucosa.

Comprender cómo se produce la infección vírica puede proporcionar pistas importantes para que los investigadores desarrollen estrategias de prevención de la transmisión vírica y desarrollen agentes terapéuticos y vacunas eficaces.

El SARS-CoV-2, el agente causante de la COVID-19, entra en las células del huésped a través de la interacción entre la proteína de espiga del virus y el dominio de unión al receptor extracelular de la ACE2 (encima convertidora de angiotensina 2). La entrada del virus en las células se completa con varias proteasas, que permiten que las membranas viral y celular se fusionen.
 
Además de no necesitar agujas, las vacunas intranasales proporcionan dos capas adicionales de protección en comparación con las vacunas intramusculares. 
La inmunoglobulina A (IgA) activada por la vacuna intranasal y las células B y T de memoria residentes en las fosas nasales y las vías 
respiratorias superiores proporcionan una barrera a la infección, impiden la replicación del virus y reducen la diseminación viral.

La vacuna nasal también servirá para distribuir equitativamente las vacunas en todo el mundo, aseguran los investigadores.

Se estima que los países del primer mundo ya han asegurado y vacunado múltiples dosis intramusculares para cada ciudadano, mientras que miles de millones de personas en países como India, Sudáfrica y Brasil no están inmunizadas. Y la existencia de nuevos brotes en esas zonas y la propagación del virus facilitan la evolución viral, lo que reduce la eficacia de todas las vacunas.

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