CÓMO LAS GRASAS MALAS AFECTAN AL CÁNCER

Este descubrimiento, por novedoso, abre vías hasta ahora desconocidas para el desarrollo de inmunoterapias para el cáncer. 

La grasa mala impide que las células T ataquen al cáncer. Para que el cáncer crezca y se extienda, tiene que eludir la detección por parte de nuestras células inmunitarias, en particular las células T “asesinas” especializadas. Ahora, investigadores del Instituto Salk han descubierto que el entorno del interior de los tumores contiene abundantes moléculas de grasa oxidada que, al ser ingeridas por las células T asesinas, suprimen su capacidad de eliminar las células cancerígenas. 

El descubrimiento, publicado en la revista ‘Immunity’, sugiere nuevas vías para salvaguardar la capacidad del sistema inmunitario de combatir el cáncer reduciendo el daño oxidativo de los lípidos en las células T asesinas. La identificación de factores como estos que causan la supresión inmunitaria en el microambiente tumoral puede conducir al desarrollo de nuevas inmunoterapias para el cáncer.

Este hallazgo, al saber mejor cómo actúa el cáncer en el organismo del enfermo, permite a los investigadores iniciar el desarrollo de nuevas vías de tratamiento que permitan aumentar la capacidad del sistema inmunológico del paciente para combatir al cáncer.

Esto se llevaría a cabo reduciendo el daño oxidativo de los lípidos en las células T asesinas, ya que de esta manera se lograría dulcificar el microambiente hostil generado por el tumor, permitiendo una inmunoterapia mejorada.

“Sabemos que los tumores son un entorno metabólicamente hostil para las células sanas, pero dilucidar qué procesos metabólicos están alterados y cómo esto suprime la función de las células inmunitarias es un área importante de la investigación del cáncer que está ganando mucha atención. Nuestros hallazgos descubrieron un novedoso modo de inmunosupresión en los tumores, implica la importación de grasas oxidadas en las células T a través del transportador celular de grasas CD36, lo que perjudica sus funciones antitumorales a nivel local”, explica la profesora Susan Kaech, autora principal del trabajo.

El floreciente campo del inmunometabolismo del cáncer estudia cómo el metabolismo de las células inmunitarias se reprograma dentro de los tumores y es impulsado por las alteraciones en la disponibilidad de nutrientes. Aunque los científicos saben que los tumores acumulan grasas y que dicha acumulación está asociada a la disfunción inmunitaria, los detalles de la relación no han quedado claros.

Fuentes: Heraldo, MSN.

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