DISEÑO DE BEBÉS, ¿ÉTICA O EVOLUCIÓN?

Mientras una rama se escuda en que es una forma para prevenir enfermedades, otros alertan acerca de los riesgos de la manipulación genética mediante la eugenesia.

Elegir los embriones sanos y descartar los “defectuosos” o evitar el traspaso de enfermedades de padres a hijos son algunos de los avances de la medicina reproductiva. Pero, ¿es posible intervenir en el ADN de una persona? El debate de la ética y los límites de la ciencia están a la orden del día.

¿Realmente es algo tan lejano? La respuesta es negativa, la selección de embriones concebidos in vitro para que un hijo tenga ventajas en su vida es ya realidad sin regulación de ningún tipo. Aurea Smigrodzki pasó a la historia tras convertirse en la primera niña que nació luego de un nuevo tipo de prueba de ADN que le dio una “puntuación de riesgo poligénico” (prueba que supone un coste de 400 dólares). Aurea es hija de Rafal Smigrodzki, un neurólogo de Carolina del Norte con un doctorado en genética humana sostiene que los padres tienen el deber de darle a un niño el comienzo más saludable posible en la vida, y la mayoría lo hace lo mejor que puede. “Parte de ese deber es asegurarnos de prevenir enfermedades, por eso administramos las vacunas”, dijo. "Y las pruebas poligénicas no son diferentes. Es solo otra forma de prevenir enfermedades".
Pero, ¿cómo funciona? Para poder conseguir esto, los padres tuvieron que someterse a un tratamiento de fertilidad y, llegado el momento, decidieron cuál de los cuatro embriones les iban a implantar. Para poder realizar esto, fueron a una clínica especializada y escogieron el embrión que consideraron que tenía más posibilidades genéticas de evitar enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer en edad adulta.
Eso evitaría el sufrimiento de millones. Ahorraría billones de euros a la economía mundial en tratamientos médicos. Al fin y al cabo, afirman sus promotores, la medicina y las vacunas han sido algunas de las principales razones por la que los individuos “débiles” han podido sobrevivir cuando hace siglos hubieran muerto sin remedio. Esta medida sencillamente evita a los individuos débiles. Aseguran que es una manera de “evolucionar a mejor”.

Pero lo más grave está por venir. A medida que el conocimiento del mapa genético avance, ya no será sólo la posibilidad de elegir un feto que tenga más o menos posibilidades de desarrollar enfermedades. Habrá también la posibilidad de elegir fetos que tengan mayor inteligencia, mejor vista, más capacidad de desarrollar musculatura y cualquier otra característica decidida por la lotería genética.

En definitiva, la realidad dice que no todo son garantías, ya que muchas de las cosas que se hacen son por probabilidades, así que la diferencia entre un embrión u otro es muy pequeña. Todo esto significa que es posible que, finalmente, el embrión no termine resultando lo que los padres querían en un primer momento.

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