¿EL AGUA PUEDE MATARNOS?

Pues sí, es cierto. El agua en exceso podría llegar a matarnos. Como todos sabemos es importante mantenerse hidratado, pero, 
¿cuáles son los niveles necesarios que debemos consumir? Lo normal y lo recomendado son dos litros diarios, los cuales varían dependiendo del peso, la morfología y la actividad física que se esté realizando. Además, en estos dos litros están incluidos los consumidos con el resto de alimentos como son las frutas o un café.

Afortunadamente poseemos un mecanismo que nos ayuda a identificar la cantidad aproximada que necesitamos, este no es otro que la sed, la cual nos avisa en el caso de que el cuerpo necesite hidratarse. Justo al contrario ocurre cuando al beber tenemos la sensación de estar llenos o el hecho de que simplemente el cuerpo no nos incite a beber.

Entonces, ¿qué es lo que ocurre en los casos de exceso de hidratación? A este fenómeno se le denomina hiponatremia y ocurre cuando se ingiere más cantidad de agua de la necesaria o de la que es eliminada. ¿Cuáles son sus síntomas? Náuseas, desorientación, fatiga y dolor de cabeza. En los casos más graves podría provocar la muerte. Puede deberse a la incapacidad para eliminar líquidos o la tendencia a retenerlos.

Además de esto, la hiponatremia tiene otros efectos sobre el organismo. La musculatura, otros órganos e incluso el cerebro podrían llegar a verse afectados, ya que debido a estas altas dosis de agua se produciría un descenso en los niveles de sodio el cual sería disuelto por la acción del agua, aumentando así el tamaño de las células. Al ocasionarse esta dilatación de las células estas presionan los huesos produciendo así el dolor de cabeza. También podría alterar al corazón, ya que al haber mayor cantidad de líquido aumenta la presión en las paredes de los vasos sanguíneos, y también del propio corazón.

Otros síntomas comunes de la hiponatremia son el crecimiento y decoloración de labios, manos y pies, debido a como se ha mencionado anteriormente, al aumento del tamaño de las células. Esto podría solucionarse disminuyendo la ingesta de líquidos. Otra de las consecuencias de esto es la disminución de los electrolitos, lo cual produce un entumecimiento y hormigueo de las extremidades.

Asimismo, otra consecuencia de beber agua por encima de las cantidades recomendadas sería la fatiga debido al estrés hormonal por el exceso de trabajo que estarían realizando los riñones, los cuales son incapaces de filtrar esas grandes cantidades de líquido en tan poco tiempo.

¿Qué nos indica la orina sobre nuestra salud? Pues justo lo contrario a lo que estamos acostumbrados, ya que la mayoría tiende a pensar que la orina diluida casi incolora es un indicio de buena salud. Sin embargo, esta debe presentar siempre un ligero tono amarillento.

En conclusión, no debemos excedernos en ingerir más agua de la que nuestro cuerpo nos está pidiendo. Pero sin olvidarnos de que también es necesario mantenernos hidratados para evitar posibles deshidrataciones, que de la misma manera tendrían consecuencias fatales.

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