EL AGUA QUE NUNCA EXISTIÓ

Podríamos llegar a pensar que lo sucedido con los rayos N serviría a la comunidad científica como lección, pero no fue así. En 1961, un físico soviético llamado Niokai Fedyakin hizo una serie de experimentos con agua y unos tubos finísimos hechos de dióxido de silicio muy puro. Estos
experimentos consistían en introducir los tubos dentro de un recipiente de vidrio lleno de aire húmedo y permitir que la humedad se condensara en las paredes interiores de los tubos.

El resultado de esos experimentos fue una sustancia oleosa diez veces más viscosa que el agua “normal'', con una densidad bastante mayor y su punto de ebullición superaba los 150ºC ,al mismo tiempo que no se congelaba hasta alcanzar los -40ºC.
 

El responsable de la prueba definitiva fue Fedyakin, pero en aquella época el sabio más importante de la URSS era Boris V. Deryagin, quien se apropió de la autoría para presentarla oficialmente a la comunidad científica internacional, ante la Sociedad Faraday de Inglaterra. Para el año 1966 ya había un nuevo concepto en química: poliagua o agua polimerizada ¿Pero qué significa que el agua estuviera polimerizada?

Todos sabemos que el agua está compuesta por dos átomos de hidrógeno unidos a uno de oxígeno, y cuando se encuentra en estado líquido, estas moléculas están en constante movimiento, el cual se produce de manera aleatoria. Sin embargo, en una masa hipotética de agua polimerizada las moléculas no se moverían individualmente por el líquido, sino que estarían unidas entre ellas formando largas cadenas llamadas polímeros, restringiendo así su movimiento. Esto parecía explicar las curiosas propiedades de esas masas de agua viscosa, pero el proceso científico rara vez es tan sencillo. 

 

Este nuevo descubrimiento parecía emocionante, pero era solo cuestión de tiempo que alguien replicara los experimentos y obtuviera resultados distintos. Esto ocurrió en 1970, cuando los científicos estadounidenses repitieron los experimentos de Deryagin. Los resultados de estos experimentos concluyeron que el extraño comportamiento de esas pequeñas masas de agua viscosa no se debía a que sus moléculas estuvieran polimerizadas, sino a que contenían algún tipo de sal disuelta, por lo que el hallazgo del agua polimerizada no era más que el resultado de un trabajo poco cuidadoso. 

Pero por lo tanto, ¿cuál era la procedencia de esas impurezas? Después de muchos estudios, se llegó a la conclusión que ni siquiera el vidrio más limpio del mundo puede impedir que el agua absorba algunas impurezas. Los autores del estudio de 1970 pudieron verificar y demostrar que el agua disolvía cantidades muy pequeñas de elementos que se encontraban en forma de impurezas en la superficie del vidrio del recipiente en el cual se introducían los tubos capilares para humedecerlos.  


Finalmente, fue Dennis Rousseau quien terminó zanjando la cuestión al realizar un análisis para el sodio y encontrar este elemento, junto con calcio, potasio y cloro, en todo el poliagua producida hasta entonces. Era la misma combinación que su propio sudor, y tras descubrir esto publicó un documento en el que dejaba claro que la poliagua no era más que agua con pequeñas cantidades de impurezas biológicas. 

En 1971 se publicaron estos resultados y se puso fin a la historia del agua polimerizada, la cual había ocupado tanto espacio en las publicaciones científicas en los años anteriores.

 

Fuentes: La Razón, Neoteo, La brújula verde



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