Nuestro organismo, por mucho que los médicos nos pesen y nos digan un dato, es todo puramente química. Está formado por cientos de elementos químicos, casi toda su mayoría en cantidades minúsculas. Todos los elementos se encuentran en la superficie terrestre.
De todos los elementos, el oxígenos es sin duda el más abundante. Por ejemplo, en una persona de 70 kilos, el oxígeno ocupa un espacio de unos 50 kilos, una planta tardaría aproximadamente 23 años en fabricar esa cantidad de oxígenos.
Después del oxígeno, se encuentra el carbono, que tenemos unos 12 kilos en nuestro interior, con esta cantidad podríamos fabricar una cantidad de unas 900 minas de lápiz. Y cerrando el podio se encuentra el hidrógeno, del que tenemos unos 7 kilos.
También tenemos pequeñas cantidades de nitrógeno, cloro, fósforo, hierro... Estas pequeñas cantidades, al igual que los demás elementos químicos se encuentran en muchos lugares de nuestro organismo y dan y tienen funciones muy importantes dentro de él.
El oxígeno forma parte del agua y de todo tipo de moléculas, lo necesitamos para producir energía mediante un largo proceso que acaba liberando ATP. El carbono nunca se encuentra como elemento químico individual, siempre está formando compuestos con otros elementos, es parte esencial de todas las macromoléculas, proteínas, grasas... El hidrógeno se encuentra fundamentalmente en el agua, y como el agua llega a ser más del 60% de nuestro cuerpo es razonable que tengamos gran cantidad de hidrógeno, también se encuentra en casi todos los elementos carbonados.
El nitrógeno forma parte de muchas moléculas debido a su presencia en ácidos nucleicos y aminoácidos, además de formar parte de otras moléculas como los lípidos o el óxido de nitrógeno. Es más importante de lo que pensamos, ya que participa en la relajación de músculos, en el sistema cardiovascular, en el sistema nervioso central y periférico...
Aunque la existencia del calcio sea escasa, tiene una función estructural en los huesos y dientes, y tiene función reguladora en algunas enzimas. El fósforo es muy importante en las estructuras óseas, pero al formar parte del ATP se convierte en un elemento químico con un papel fundamentalmente energético.
En nuestro interior también tenemos minúsculas cantidades de cloro, fósforo o de azufre, que es fundamental para formar algunos tipos de aminoácidos. Y como curiosidad está el caso del hierro, del que poseemos unos 4 gramos en nuestro interior, pero su función es fundamental para nosotros, ya que permite el transporte del oxígeno a todos los rincones de nuestro cuerpo de la mejor forma. Y esa pequeña cantidad es la que forma parte del núcleo de la hemoglobina, que le da el color rojizo a la sangre.
En conclusión, si nos informamos y estudiamos estos datos, nos damos cuenta de que la presencia aun que sea minúscula de estos elementos es esencial para la vida y desarrollo humano.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.