Además del mal higiene, la esencia propia de cada cual da señales de salud, estado anímico, identificación e incluso edad. En un estado de estrés, ansia o altas temperaturas, nuestro cuerpo suda y expulsa un olor corporal, este al combinarse con las bacterias provocan ese olor tan característico que simplemente se erradicaría con una buena higiene y unos productos adecuados.
Por otra parte, existe un olor personal que nos informa de factores como la alimentación, el tiempo que le dedicamos al descanso o el ejercicio que realizamos. Este olor personal también puede indicar alguna alteración de la salud si notamos un gran cambio de emanación, debido a la respuesta inmunitaria de la enfermedad. Lo producen las glándulas ecrinas que tenemos en todas partes, son las que sirven para refrigerar el cuerpo en los momentos en que realizamos ejercicio, hace calor y en cualquier situación en la que haya que regular nuestra temperatura. Se trata de un líquido con sales minerales que en principio no provoca mal olor y se va evaporando. Los remanentes de este sudor ecrino, una vez evaporado, son los que nos darán el olor personal.
Las personas mayores desprenden un olor muy característico, este olor se empieza a generar a partir de los 30 años, a pesar de que es a partir de los 60 cuando resalta más. Lo provoca la oxidación de la grasa natural que tenemos a la piel, que da lugar a una molécula llamada 2 nonelal, y que empieza a aparecer a partir de los 30 años. Con los años vamos produciendo más lípidos y perdemos capacidad antioxidante, de forma que cada vez hay más presencia de esta molécula. Además, las grasas no se eliminan tan fácilmente como el sudor y por tanto una higiene normal no hará desaparecer el olor.
La causa más frecuente del mal olor en los pies es el abastecimiento de sudor. Este sudor normalmente aparece por el uso de calcetines y calzado de mala calidad, hechos con materiales sintéticos, que interrumpen la transpiración del pie. Y si los zapatos asedian mucho, todavía peor.
La bacteria Helicobacter pylori, es una de las responsables de las úlceras en el estómago, las cuales pueden provocar mal aliento, en especial cuando se combinan con la bacteria periodontal Prevotella Intermedia. Así lo señala el profesor de Odontología Clínica James Burke Fine, que también explica que otra posible causa de mal aliento es la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico, caracterizada por una sensación de ardor o acidez en el pecho y regurgitación de alimentos.
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