¿SE PUEDE FABRICAR ALMIDÓN MÁS RÁPIDAMENTE QUE LOS CULTIVOS?

El almidón es un glúcido, y como tal aporta una gran cantidad de energía, siendo asimismo el más
consumido en la alimentación humana y animal, y también supone una importante materia prima industrial usada para la fabricación de numerosos productos. Sin embargo, la síntesis natural de este glúcido en las plantas es un proceso complejo que convierte la glucosa obtenida en la fotosíntesis en polímeros de amilosa y amilopectina que forman gránulos de almidón insolubles.

 

En la actualidad, la gran mayoría del suministro mundial de almidón procede de los cultivos agrícolas, donde existen una inmensa cantidad de plantas, pero debido a la complejidad y poca eficacia de sus procesos biológicos, los esfuerzos por mejorar la síntesis del almidón en las plantas se ven limitados y es por ello que la ciencia trata de encontrar nuevas vías para su producción.

 

Los investigadores del Instituto de Biotecnología Industrial de Tianjin han conseguido desarrollar un nuevo método, sin el uso de células, para sintetizar almidón. Este método utiliza una combinación de catalizadores químicos y un conjunto muy determinado de enzimas, y se basa en la vía anabólica del almidón artificial, es decir, en todo ese conjunto de reacciones necesarias para sintetizar almidón artificial, una molécula compleja, a partir de otras más sencillas. Se trata, por lo tanto, de un proceso  químico-bioquímico para la síntesis de almidón a partir de CO2 e hidrógeno sin el uso de células vivas.

 

El sistema químico enzimático usa un catalizador inorgánico para reducir el CO2 a metanol, que luego es convertido por enzimas de bioingeniería en azúcares, y más tarde, en almidón polimérico. Según los investigadores, el proceso basado en la vía anabólica del almidón artificial puede convertir el CO2 en almidón a un ritmo de 22 nanomoles de CO2 por minuto, es decir, a un ritmo aproximadamente 8,5 veces mayor que la síntesis de almidón en los cultivos.

 

Los resultados de este trabajo e investigación resultan esperanzadores para los investigadores, y se espera que puedan proporcionar una vía hacia la futura biofabricación industrial de este importante glúcido.

Fuentes: Cope, Noticias de la Ciencia 






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