Pero, para entender de donde sale la posible cura de esta enfermedad, hay que entender la molécula que la produce. La alfa-sinucleína es una proteína formada por aminoácidos, también conocidos como monómeros. Pues bien, solo el conjunto del primer grupo de monómeros (u oligómeros) es el que posee la propiedad patógena, es decir, únicamente los primeros aminoácidos de la cadena peptídica (conjunto de aminoácidos) de la proteína alfa-sinucleína producen la enfermedad.
Nunilo Cremades y Pablo Gracia, del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos(BIFI) de la Universidad de Zaragoza (UniZar), junto con Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han descubierto no exclusivamente una posible cura para esta enfermedad, sino también una manera de diagnosticarla: el péptido LL-37, cuyo descubrimiento fue publicado en la revista Nature Communications. Su funcionamiento es de los más fuertes de todos los péptidos descubiertos, casi parece un anticuerpo: se une a las agregaciones de la alfa-sinucleína inhibiendo sus partes tóxicas a la vez que protegiendo los posibles daños cerebrales. Este péptido se encuentra de manera natural en el organismo en el cerebro y el intestino, y se ha descubierto que puede poseer un mecanismo natural para combatir la enfermedad, sólo debemos descubrir cómo usarlo a nuestro favor.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.