NUESTRAS SALVADORAS PROTEICAS

La muerte celular es un proceso que está estrechamente relacionado no solo con el desarrollo fisiológico normal de los tejidos, sino también, con mecanismos de defensa frente a varios tipos de enfermedades humanas.

Por lo que podemos describir el cáncer como el desarrollo de células anormales que se dividen sin control y tienen la capacidad de infiltrarse y destruir el tejido corporal normal.

Principalmente, nos centraremos en cómo tratar la apoptosis, un tipo de muerte celular programada que participa en el desarrollo y la homeostasis de los organismos que forman parte del reino animal. Cabe destacar las distintas moléculas responsables de la misma, como las caspasas, responsables del desmantelamiento a nivel celular, y las proteínas de la familia de Bcl-2, de cuyo equilibro depende el destino de la célula.

En esta ocasión, mediante varias investigaciones realizadas a lo largo de los últimos años, se han encontrado proteínas que podrían ser la cura de enfermedades como el cáncer de piel o pulmón.

Un equipo de investigación internacional de la Universidad de Valencia (UV) ha estudiado dos proteínas de la familia de proteínas Bcl-2.

Estas proteínas están implicadas en la regulación de la apoptosis celular (muerte). Los resultados de la investigación proporcionan una base para el desarrollo de nuevos medicamentos para diversas enfermedades, dando lugar a nuevos puntos de intervención. El tipo de cáncer, como melanoma maligno o adenocarcinoma de pulmón, son tratados por estas proteínas.

La familia de proteínas Bcl-2 incluye miembros anti- y pro-apoptóticos; es decir, protegen a las células de la muerte o la benefician.

Los investigadores han identificado proteínas que pueden desempeñar un papel clave en convertir las células T de potentes destructores en mecanismos de control vacíos que ya no pueden dañar las células cancerosas. Los hallazgos pueden conducir a estrategias para mejorar la inmunoterapia contra el cáncer.

En el estudio que han llevado a cabo estos científicos, han demostrado y caracterizado la interacción entre Mcl-1 y Bok, dos importantes proteínas de esta familia. Según Ismael Mingarro, profesor de bioquímica y biología molecular, dedicado a estudiar el papel de las membranas biológicas en diferentes procesos tumorales, “esta familia de proteínas controla la permeabilización de la membrana externa mitocondrial, un paso crucial en la modulación de los procesos apoptóticos de muerte celular”.

Por lo que se describe a la proteína Mcl-1 como una proteína antiapoptótica clave en la regulación de la apoptosis. La alteración de su expresión se ha visto implicada en distintas patologías haciendo de Mcl-1 una prometedora diana terapéutica para el desarrollo de futuros tratamientos farmacológicos.


En los últimos años, se han probado distintas estrategias terapéuticas sobre líneas celulares que expresan Mcl-1 y los efectos que se han obtenido se han categorizado como específicos o no específicos. Los tratamientos no específicos principalmente incluyen agentes quimioterápicos y se denominan así debido a las consecuencias que su acción provoca sobre un amplio rango de moléculas reguladoras. Por el contrario, los tratamientos específicos incluyen nucleótidos antisentido (ASOs), RNAs de interferencia y BH3 miméticos (pequeñas moléculas de gran relevancia para la práctica clínica, pues limitan la acción de las proteínas de la familia de BCL-2, hecho que reduce la resistencia al tratamiento del tumor).

El cáncer de piel y pulmonar exhiben altos niveles de expresión de la proteína Mcl-1 o mutaciones en sus fragmentos transmembranosos, que se relacionan con un mal pronóstico y una baja respuesta a los tratamientos actuales.

El profesor Mingarro identifica que la interacción entre estas dos proteínas es específica y ocurre en el entorno de la membrana a través de sus regiones hidrófobas (membrana). Al contrario de lo que ocurre entre la mayoría de las proteínas de la familia Bcl-2, que interactúan en las regiones solubles de la proteína.

En conclusión, los resultados sugieren que la interacción entre Mcl-1 y Bok es un buen objetivo para desarrollar nuevos fármacos para tratar diferentes tipos de cáncer. Se ha demostrado que son proteínas cuya contribución a la regulación de la supervivencia de la célula es rápida. Por ello, supone una prometedora diana terapéutica para el tratamiento de enfermedades como las que hemos mencionado anteriormente.

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