REDESCUBREN UNA ENZIMA QUE DESINTEGRA INSECTOS

En las cumbres más altas de Norteamérica florece la Triantha glutinosa, conocida localmente como ‘False asphodel’; una flor hasta entonces poco estudiada a pesar de que su entorno pareciese propicio para el rasgo carnívoro. 

Es difícil encontrar los nutrientes necesarios para que la vegetación prevalezca en estas zonas y su estilo de vida consume tanta energía que parece necesaria mucha agua y luz para que se consolide. Esta es una razón por la que se cree que la flor tomó un camino evolutivo distinto y se convirtió en una planta carnívora. Esta característica es sorprendente para la especie, ya que tienen un ciclo de vida muy corto. Recién se derrite la nieve invernal, florecen entre junio y julio, y para otoño ya se han marchitado.

Hasta entonces, la historia natural de las plantas carnívoras señalaba 11 linajes evolutivos distintos, que dieron lugar una amplia diversidad de especies, una cifra que aumenta a 12 con el hallazgo de Triantha glutinosa. Según el botánico Qianshi Lin, de la Universidad de Columbia Británica el hecho de que se alimente de animales pasó desapercibido porque sus pelos de captura son muy pequeños, y únicamente crecen en el tallo de la flor, y esta es “una característica diferente a cualquier planta carnívora conocida”.

Qianshi Lin sugiere que el camino evolutivo le ha permitido generar estrategias de captura sofisticadas. “Este tipo de planta le da la vuelta a los animales y come insectos”, explica el experto, quien sigue estudiando biología en la Universidad de Toronto.

Otras plantas carnívoras capturan a sus presas, secretan enzimas específicas para poder digerirlos y, después de absorberlos enteros, los licúan en su interior. En cambio, algunos carnívoros dependen de los microbios para digerir inicialmente las presas en charcos de agua antes de que la planta pueda absorber las sobras. 

El doctor Lin descubrió que Triantha produce una enzima llamada fosfatasa, que puede descomponer los nutrientes que contienen fósforo en su presa y que, por tanto, esta flor pertenece al grupo de carnívoras capaces de digerir directamente a sus presas.

Se ha descrito el comportamiento de la planta como “matanza defensiva”. Los científicos sospechan que, además de cumplir la función alimentaria, podría ser un mecanismo para evitar que insectos no polinizadores entren a sus flores.

El hecho de que el estilo de vida carnívoro de Triantha haya pasado desapercibido durante tanto tiempo a pesar de la abundancia de la planta y su crecimiento cerca de las grandes ciudades sugiere que hay más plantas carnívoras esperando ser descubiertas fuera de los caminos ya conocidos.

Fuentes: National Geographic, Fantasymundo

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