El secreto de su descubrimiento, está en los macrófagos, las células esenciales en la respuesta temprana a infecciones del sistema inmunitario que tienen un papel básico en el funcionamiento correcto de nuestros tejidos y la regulación de la obesidad.
Explicada en Nature Metabolism, la regulación se basa en cómo la activación del metabolismo mitocondrial de los macrófagos producido como respuesta al exceso de nutrientes, contribuye a la obesidad y a la inflamación del tejido adiposo.
Tales procesos inflamatorios causados por los macrófagos, afirma José Antonio Enríquez (coordinador del estudio), son responsables de la manifestación de alteraciones que afectan al tejido adiposo y son presentes en el inicio de la obesidad y del síndrome metabólico asociado a trastornos cardiovasculares, hígado graso o diabetes tipo 2. Así como reacción al exceso de nutrientes generados por una dieta fundamentada en grasas, los macrófagos cambian su función y priorizan procesos inflamatorios, formando macrófagos pro-inflamatorios.
La investigación ha estudiado cómo los cambios metabólicos en los macrófagos regulan este proceso inflamatorio que subyace a la obesidad y el síndrome metabólico.
Los recientes hallazgos expresan cómo la detección de señales de peligro oxidativo (especies reactivas de oxígeno) por parte de los macrófagos, induce cambios en el metabolismo mitocondrial de dichas células inmunitarias que son precisos para su diferenciación a una variedad pro-inflamatorio. Por tanto, si se reduce dicho estrés oxidativo, se equilibran algunos de los parámetros perjudiciales relacionados con la obesidad.
A pesar de que la inflamación es una respuesta común del organismo y beneficiosa para abordar ataques transitorios, es muy dañina cuando se vuelve persistente o crónica, incluso siendo de un bajo nivel.En estudios anteriores, habían encontrado que la proteína Fgr es clave para regular la actividad de uno de los complejos de la cadena de conducción de electrones mitocondrial, en respuesta a este estrés oxidativo, y fomentar el origen de señales que promueven la reacción inmunitaria.
Sin embargo, este trabajo aporta como en ausencia de tal proteína, el hígado incrementa su capacidad para eliminar grasas, generando compuestos químicos producidos por la cetogénesis (un proceso a través del cual las grasas del cuerpo son utilizadas como fuente de energía).
De este modo, se mejoran así las alteraciones que la obesidad causa en el metabolismo de la glucosa.
Los investigadores finalizan sugiriendo la posibilidad de emplear inhibidores específicos de la proteína Fgr como tratamiento para los pacientes obesos o con síndrome metabólico, con el objetivo de disminuir la inflamación asociada y mejorar de esta manera los parámetros relacionados con estas patologías, tratando de mejorar su calidad de vida.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, pues están implicados en el desarrollo de distintas enfermedades. Se estima que en España para 2030, habrá 27 millones de adultos, el 80% hombres y 55% mujeres, con problemas de obesidad o sobrepeso.
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