LA FORMACIÓN DE GAMETOS NO LA CONTROLA EL NÚCLEO

Sabemos que hay dos tipos de formas en las que la célula se divide: mediante la mitosis y mediante la mitosis. La mitosis se lleva a cabo para obtener dos células idénticas, sin embargo, la meiosis se usa para obtener cuatro células cuyo material genético sea distinto entre ellos, aumentando la variabilidad genética. Esto se consigue mediante el entrecruzamiento, que es un proceso en el que los cromosomas homólogos intercambian parte de su material genético. La meiosis es un proceso que, en seres sexuados, se realiza con el objetivo de formar gametos para la reproducción sexual.


Hasta hace poco se pensaba que la meiosis se controlaba desde el interior del núcleo, sin embargo, una investigación del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG, CSIC-USAL), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Salamanca, ha descubierto que este proceso es realmente controlado por la matriz semifluida del citoplasma que rodea la membrana nuclear de la célula.

Esta investigación fue llevada mediante la experimentación de una levadura capaz de dar una reproducción sexual y expande nuestros conocimientos sobre los sistemas de regulación de la división celular con el fin de evitar problemas como los gametos aneuploides, que son gametos con un número irregular de cromosomas, lo que puede dar lugar a abortos espontáneos, deformidades, infertilidad o defectos genéticos. Sin embargo, este sistema solo funciona como una alarma, no como una solución.

Por ello, en la matriz semifluida del citoplasma que rodea el núcleo se encuentra una enzima llama Pch2, la cual también se puede encontrar en el nucleolo y en el interior de los cromosomas. Esta ha de mantener una proporción equilibrada en todas sus localizaciones para su pleno funcionamiento, además, su función es la de evitar que se produzca una deformación en la manipulación de los cromosomas como los ya mencionados gametos aneuploides.

Este descubrimiento puede ser un paso hacia delante en la prevención de problemas de fertilidad o problemas durante la gestación como abortos espontáneos, ya que al conocer el funcionamiento de la enzima Pch2 conoceremos un mecanismo de control de la división meiótica y quizá en un futuro podamos manipularla a nuestro antojo con el fin de evitar posibles problemas durante esta.

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