Según un reciente estudio realizado por la Universidad de Duke (Estados Unidos), cuyo autor principal es Herman Pontzer, la capacidad del metabolismo celular para quemar calorías se ve aumentada el primer año de vida, disminuye hasta los 20 años, se mantiene estable hasta los 60 años y se reduce en la tercera edad. Para esto se ha llevado a cabo una recopilación de información de unas 6500 personas con edades comprendidas entre los 8 días y los 95 años, y además se ha llegado a la conclusión en que lo mencionado anteriormente afecta de manera similar tanto en hombres, como en mujeres.
Según Pontzer; “el gasto energético diario total se acelera rápidamente en neonatos y llega a ser el doble del valor medio de los adultos”. Sin embargo, después de un año, disminuye hasta alcanzar unos niveles que, entre los 20 y los 60 años, se mantiene estable incluso durante el embarazo.
A su vez, Rozalyn Anderson, profesora de Medicina en la Universidad de Wisconsin afirma; “El metabolismo no se trata solo de energía, de cómo el cuerpo maneja el combustible nutritivo y lo convierte en moneda energética utilizable. El metabolismo también abarca la síntesis, modificación e intercambio de todos los aspectos de la función celular. Actúa como sensor y regulador. Las exigencias energéticas de la actividad física se superponen a una maquinaria ampliamente integrada”.
Cabe destacar además la aportación de Samuel Klein, director del Centro de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, que pese a no participar en el proyecto sí que ha querido aportar su granito de arena desvinculando el aumento de peso con el metabolismo celular llevando a cabo un análisis; “Cuando se trata de aumento de peso, el problema es el mismo que siempre ha sido: las personas están comiendo más calorías de las que están quemando”
Una vez mencionado todos estos aspectos, Pontzer recalca que pensaban que en la pubertad el comportamiento del metabolismo iba a ser diferente y no es así, al igual que en el embarazo y en numerosas etapas biológicas más, por lo que Pontzer concluye; “Hay muchos cambios fisiológicos que se producen al crecer y envejecer. Pensemos en la pubertad, menopausia y otras fases de la vida. Lo extraño es que el calendario de nuestras etapas metabólicas de la vida no parece coincidir con esos hitos”.
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