¿UNA NUEVA FOTOSÍNTESIS?

Ciertas cianobacterias consiguen realizar fotosíntesis a partir de una parte del infrarrojo cercano del espectro electromagnético. Además, el fenómeno parece estar bastante generalizado.

La vida en la Tierra depende de la fotosíntesis. Esa energía que usted, amigo lector, ha gastado montando en bicicleta o haciendo algún otro deporte depende en última instancia de la energía generada en el Sol y de la fotosíntesis que la ha transformado a una forma química que la vida pueda usar.

En general, la fotosíntesis emplea la luz del Sol, el dióxido de carbono y el agua para producir hidratos de carbono. Como subproducto se produce oxígeno y por esta razón tenemos una atmósfera respirable. También hay versiones de este proceso más primitivas, como el utilizado por las bacterias púrpuras, que utilizan el sulfuro de hidrógeno en lugar de agua como fuente de hidrógeno y cuyo subproducto es el azufre.

La fotosíntesis ha evolucionado en la Tierra bajo unas condiciones dadas y, como depende del Sol, emplea una gama concreta del espectro electromagnético, la gama visible. No es de extrañar, pues una estrella de tipo G2 como el Sol tiene el pico de emisión en lo que llamamos visible. También es la razón por la que los animales vemos esa parte del espectro.

Aunque la fotosíntesis no emplea toda la gama visible y por esta razón las plantas son verdes: absorben la parte roja y azul, pero reflejan la parte verde. Hay varias teorías que explican esto. Esta fotosíntesis utiliza clorofila-a, que es precisamente la que da el color verde a las plantas. Cualquier fotosíntesis imaginable dependerá de un pigmento que absorba determinadas longitudes de onda, como la misma clorofila, que no es más que un pigmento sofisticado.

La clorofila-a esta presente en todas la plantas, algas y cianobacterias conocidas hasta ahora. Se consideraba que la energía de los fotones de la parte roja del espectro suponía el mínimo de energía posible necesario para la fotosíntesis. Este límite rojo se ha empleado como criterio para juzgar las posibilidades de vida en otros planetas.

Como la fotosíntesis es la base de casi todo ecosistema conocido, al descubrirse miles de exoplanetas orbitando otras estrellas, se empezó a pensar cómo serían las fotosíntesis en esos planetas, máxime cuando la mayoría de ellos orbitan estrellas que son distintas al Sol y cuyo pico de emisión no está en lo que nosotros llamamos «espectro visible».

La emisión electromagnética de una estrella depende de su temperatura y sigue el perfil de un cuerpo negro. Las clases espectrales de las estrellas, de más caliente a la más fría, es la siguiente: O, B, A, F, G, K, M. En todo esto ignoraremos las enanas marrones.

La mayoría de estos planteas orbitan estrella enanas rojas o de tipo M. Estas estrellas emiten la mayor parte de su energía electromagnética en el infrarrojo y en el rojo. Por esta razón, se ha especulado que una posible fotosíntesis que se dé en este tipo de planetas, si es que poseen vida, aproveche esa parte roja e infrarroja del espectro.

La propuesta parece razonable. De hecho es tan sensata que, en realidad, no hace falta especular al respecto. En la Tierra ya hay una fotosíntesis basada en otro tipo de clorofila que aprovecha el rojo e infrarrojo: la clorofila-f.

Un grupo internacional de científicos ha publicado recientemente su investigación al respecto de esta nueva fotosíntesis. El nuevo tipo de fotosíntesis descubierto cambia nuestra comprensión de los requerimientos de energía en la fotosíntesis y proporciona pistas acerca del uso de la energía y los mecanismos que protegen al sistema frente al daño producido por la luz.

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