Una investigación de medicina reproductiva, liderada por Yanchang Wei, en el Hospital Ren Ji de Shanghái, genera un embarazo a partir de un solo óvulo sin fecundar. Crearon óvulos de ratón no fertilizados con el doble de la cantidad normal de cromosomas, agregando ADN.
Los científicos han usado una técnica de edición genética muy similar a CRISPR. En este caso no se trata de cambiar unas letras de ADN por otras, sino de realizar cambios químicos sobre esas letras. Estos cambios epigenéticos pueden activar o desactivar ciertos genes. Esto hizo que la segunda copia del código genético de la madre apareciera como si fuera el de un macho, 'engañando' al óvulo para que se convirtiera en un embrión.
Wei y su equipo editaron 227 óvulos no fertilizados, de los cuales resultaron finalmente 192 embriones. Solo 14 de estos embriones llegaron a término, pero solo tres sobrevivieron. Finalmente, solo un ratón alcanzó la madurez y se pudo reproducir normalmente.
Tony Perry, de la Universidad de Bath (Reino Unido), afirma "Los cachorros vivos tenían bajo peso en comparación con los cachorros de ratón normales y mostraban ciertas anomalías genéticas. Esto sugiere que todavía hay regiones de impronta involucradas en el desarrollo del embrión que no entendemos completamente", "Otra posibilidad es que la edición de genes no haya funcionado tan completamente como debería".
Wei y su equipo editaron 227 óvulos no fertilizados, de los cuales resultaron finalmente 192 embriones. Solo 14 de estos embriones llegaron a término, pero solo tres sobrevivieron. Finalmente, solo un ratón alcanzó la madurez y se pudo reproducir normalmente.
Tony Perry, de la Universidad de Bath (Reino Unido), afirma "Los cachorros vivos tenían bajo peso en comparación con los cachorros de ratón normales y mostraban ciertas anomalías genéticas. Esto sugiere que todavía hay regiones de impronta involucradas en el desarrollo del embrión que no entendemos completamente", "Otra posibilidad es que la edición de genes no haya funcionado tan completamente como debería".
Para su aplicación en personas queda mucho tiempo para ver una técnica similar en bebés humanos. Pues el estado del conocimiento sobre genes impresos en humanos es mucho menor que en ratones y no podemos hacer experimentos con ellos de la misma manera que podemos hacerlo con ratones.
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