PODRÁS SABER SI TU HIJO FECUNDADO IN VITRO VA A PADECER CÁNCER

A cualquier madre y a cualquier padre les gustaría contar con la garantía de que su futuro hijo va a ser una persona sana. Al realizar una fecundación 'in vitro', las parejas ya puedan evitar transmitir genes específicos de enfermedades raras mediante un test genético preimplantacional por el cual se pueden descartar los embriones problemáticos, pero se trata de una situación muy excepcional reservada para casos muy concretos. ¿Podríamos ampliar esos supuestos a enfermedades comunes, como el cáncer, la diabetes o patologías cardiovasculares? ¿Tenemos los avances científicos necesarios para hacerlo? ¿Es ético? ¿Deberíamos dar pasos en esa dirección?

Un artículo que acaba de publicar la revista científica 'Nature Medicine' informa sobre un avance que abre la puerta a esa posibilidad. Investigadores de EEUU muestran cómo el análisis del genoma de embriones obtenidos por fecundación 'in vitro' predice el riesgo genético posterior de desarrollar 12 enfermedades.

Los científicos secuenciaron los genomas de 10 parejas que se sometieron a tratamientos de fertilidad y 110 embriones fertilizados que aún no se habían implantado. Con estos datos, estimaron la probabilidad que tendrían de sufrir esa docena de afecciones usuales y trataron de validar sus resultados comparándolos con el genoma de 10 niños que ya habían nacido. Según explican en el trabajo, el acierto supera el 99%. Los autores destacan el ejemplo de la variante genética BRCA1, relacionada con el cáncer de mama.

Sin embargo, la propia revista científica ha decidido publicar esta noticia, liderado por el científico Akash Kumar y revisado por pares, aportando más contexto a través de otros dos artículos en los que algunos expertos analizan este avance de forma muy crítica, advirtiendo de sus limitaciones y de las consecuencias que pueden tener estos avances.

En general, la propuesta de que un test genético preimplantacional esté disponible para enfermedades tan habituales como el cáncer, la diabetes y los problemas cardiacos alarma a los especialistas. Por una parte, explican que aún no existen certezas sólidas sobre la relación entre variaciones genéticas y la aparición de estas patologías. Por otra, la genética no siempre es determinante, ya que los factores relacionados con el estilo de vida son clave. Tampoco la ausencia de ciertas mutaciones garantiza que no se vayan a desarrollar enfermedades. Finalmente, la posibilidad de que este avance pueda ofrecerse en clínicas de fertilidad plantea graves problemas éticos.

Los expertos en bioética Josephine Johnston y Lucas Matthews advierten en su artículo que este tipo de estudios pueden "restarle aún más importancia a los determinantes ambientales y sociales de las enfermedades comunes". Añaden que están poniendo en manos de las personas "responsabilidad de manejar el riesgo de sufrir una enfermedad". En el otro comentario, expertos de varios países advierten sobre las limitaciones de las pruebas genéticas prenatales. Los análisis de riesgo genético en los que se basan "siguen siendo altamente experimentales", aseguran. Por eso, consideran que las pruebas genéticas en medicina reproductiva deben basarse “en una ciencia rigurosa”, ser “transparentes en cuanto a su eficacia” y estar "debidamente reguladas".

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