Una reciente investigación llevada a cabo por un equipo internacional de científicos de Australia y Estados Unidos, han analizado, célula a célula, el ARN de 1,27 millones de células inmunitarias a partir de la sangre de 982 donantes sanos. Dicho análisis individual de las moléculas de ARN de cada célula ha sido posible gracias a un conjunto de tecnologías que permiten su secuenciación en células individuales. Esto ha permitido obtener un mayor conocimiento sobre que ocurre en cada tipo de célula inmunitaria, en lugar de otros estudios anteriores que se limitaban a analizar todo el ARN del conjunto de células de muestras sanguíneas y no permitían distinguir las diferencias entre ellas, sino solo datos promedios.
Los investigadores combinaron los datos genéticos de los participantes con los datos de ARN de cada tipo celular para elaborar un mapa sobre cómo los genes determinan la expresión génica en 14 tipos de células inmunitarias. Se identificaron entre 25000 y 30000 lugares en el ADN que influyen en dicha expresión génica, la mayoría con un efecto específico en cada tipo celular. Con ayuda de estos datos, se podía comprobar, por ejemplo, cómo determinadas variaciones del ADN influían en la producción de proteínas involucradas en rutas de regulación y señalización del sistema inmunitario o en el funcionamiento de los linfocitos B que se están transformando en linfocitos B memoria. En concreto, se observó que había cambios en la expresión del gen EAF2, gen involucrado en varios procesos en torno a la transcripción de genes, en estas células inmunitarias, algo que no se detectó en otros tipos celulares.
No obstante, para verificar la validez de este estudio, se llevó a cabo otro, pero en este caso el grupo de participantes era diferente al inicial, con distintos antepasados. Los datos obtenidos se integraron con un grupo que padecía enfermedades autoinmunitarias, lo que permitió detectar que 160 lugares en el ADN contribuyen a su aparición. Se trata de un estudio muy novedoso, puesto que es el primero a gran escala que analiza a una muestra amplia de la población para averiguar cómo la genética influye en la funcionalidad de células inmunitarias específicas, algo que no se había hecho tiempo atrás.
Los investigadores combinaron los datos genéticos de los participantes con los datos de ARN de cada tipo celular para elaborar un mapa sobre cómo los genes determinan la expresión génica en 14 tipos de células inmunitarias. Se identificaron entre 25000 y 30000 lugares en el ADN que influyen en dicha expresión génica, la mayoría con un efecto específico en cada tipo celular. Con ayuda de estos datos, se podía comprobar, por ejemplo, cómo determinadas variaciones del ADN influían en la producción de proteínas involucradas en rutas de regulación y señalización del sistema inmunitario o en el funcionamiento de los linfocitos B que se están transformando en linfocitos B memoria. En concreto, se observó que había cambios en la expresión del gen EAF2, gen involucrado en varios procesos en torno a la transcripción de genes, en estas células inmunitarias, algo que no se detectó en otros tipos celulares.
No obstante, para verificar la validez de este estudio, se llevó a cabo otro, pero en este caso el grupo de participantes era diferente al inicial, con distintos antepasados. Los datos obtenidos se integraron con un grupo que padecía enfermedades autoinmunitarias, lo que permitió detectar que 160 lugares en el ADN contribuyen a su aparición. Se trata de un estudio muy novedoso, puesto que es el primero a gran escala que analiza a una muestra amplia de la población para averiguar cómo la genética influye en la funcionalidad de células inmunitarias específicas, algo que no se había hecho tiempo atrás.
Este nuevo conocimiento nos permite saber aún más sobre el riesgo genético de sufrir determinadas enfermedades autoinmunitarias, como es el caso del lupus eritematoso sistémico, o la diabetes tipo 1 entre otros. Por otro lado, uno de los hallazgos más destacables del mismo fue la detección de 57 lugares en el ADN cuyas variaciones causan un riesgo mayor de sufrir esclerosis múltiple. A su vez, conocer con más detalle los mecanismos genéticos y epigenéticos detrás de estas dolencias facilita la investigación y desarrollo de tratamientos más personalizados según el perfil genético de la persona, gracias a la identificación de dianas terapéuticas.
Hoy en día, existe una gran variabilidad en la respuesta a diversos medicamentos, ya que encontramos en algunas personas un efecto muy notable, y en otras no, y el análisis genético realizado de estas personas podría permitir conocer con antelación quiénes pueden responder o no a dichos fármacos, tanto en ensayos clínicos como en la práctica sanitaria. Por ahora, ya está en marcha un ensayo que evaluará cómo el perfil genético de pacientes con enfermedad de Crohn determina la respuesta a diferentes tratamientos, aunque este no será el único, puesto que se espera que aparezcan aún más estudios en un futuro no muy lejano.
Hoy en día, existe una gran variabilidad en la respuesta a diversos medicamentos, ya que encontramos en algunas personas un efecto muy notable, y en otras no, y el análisis genético realizado de estas personas podría permitir conocer con antelación quiénes pueden responder o no a dichos fármacos, tanto en ensayos clínicos como en la práctica sanitaria. Por ahora, ya está en marcha un ensayo que evaluará cómo el perfil genético de pacientes con enfermedad de Crohn determina la respuesta a diferentes tratamientos, aunque este no será el único, puesto que se espera que aparezcan aún más estudios en un futuro no muy lejano.
Fuentes: Science, Investigación y Ciencia
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