LA MUTACIÓN GENÉTICA DE UNA NIÑA ILUMINA LAS CAUSAS DEL LUPUS

Las neuronas del cerebro envían
 pensamientos, los glóbulos blancos combaten infecciones y las plaquetas
intervienen en la coagulación de la sangre. Cada célula humana sabe lo que tiene que hacer gracias a su ADN, una especie de libro de instrucciones formado por 3.055 millones de letras químicas. Un equipo de científicos ha descubierto ahora que Gabriela Piqueras tiene un cambio en una única letra que provoca que sufra lupus eritematoso sistémico, una enigmática enfermedad que hace que el cuerpo humano se ataque a sí mismo. 

Los investigadores creen que este hallazgo abre la puerta a nuevos tratamientos contra esta dolencia, que afecta a millones de personas en el mundo. Su descubrimiento se publica en la revista Nature, el escaparate de la mejor ciencia mundial.

Piqueras habla de su enfermedad con soltura. Cuando tenía cinco años, cualquier mínimo golpe le producía un moratón y tuvo que ser ingresada. Desde entonces ha vivido siempre pendiente de los médicos. Su mutación genética activa en la membrana de sus células un receptor llamado TLR7, que normalmente sirve para reconocer virus amenazantes, pero que en Piqueras reacciona ante su propio ADN y desata un ataque a sus propios órganos. Los moratones que tenía de niña se producían porque sus defensas destruían sus plaquetas. Sus hemorragias no se frenaban.

La inmunóloga Carola García de Vinuesa ha dirigido el estudio del ADN de la niña. Tras descubrir la mutación sospechosa, su equipo cambió esa misma letra en una familia de ratones en su laboratorio de la Universidad Nacional Australiana. Los roedores desarrollaron la enfermedad. “Ya se conocía que este receptor parecía activado en pacientes con lupus, pero nadie sabía si era una causa, una consecuencia o un efecto secundario de la inflamación. Ahora demostramos que es la causa”, celebra García de Vinuesa, que se acaba de incorporar al Instituto Francis Crick.

La científica cree que la mayoría de las personas con lupus tienen activado el TLR7, como ya habían sugerido algunos estudios previos. Tras el descubrimiento en Piqueras, el equipo encontró mutaciones similares en una familia china y en otra estadounidense. En el estudio publicado en la revista Nature, la cepa de ratones creada se llama Kika.

Nueve de cada diez personas con lupus son mujeres. García de Vinuesa argumenta que la razón podría ser, precisamente, el receptor TLR7. El ADN de las células está distribuido en 46 paquetes, llamados cromosomas, que a su vez se dividen en tramos, denominados genes. El gen con las instrucciones para fabricar el TLR7 se encuentra en el cromosoma sexual X, del que las mujeres tienen dos copias, mientras que los hombres tienen solo una. “Esto podría explicar por qué el lupus y otras enfermedades autoinmunes son mucho más frecuentes en las mujeres”, señala la inmunóloga.

El lupus eritematoso sistémico afecta a 210 de cada 100.000 personas en España. La reumatóloga María Galindo admite que la enfermedad todavía es un enigma, pero recalca que parece claro que hay “una base de susceptibilidad genética que, en presencia de estímulos externos, pone en marcha una reacción autoinmune exagerada”. Galindo, del comité científico de la Federación Española de Lupus, aplaude el nuevo estudio, pero es cautelosa. “Todo apunta a que la vía del TLR7 es muy importante, pero no es la única”, opina.

La enfermedad, crónica y sin cura, se caracteriza por periodos de tranquilidad y brotes de mayor agresividad, controlables con medicación inespecífica, sobre todo fármacos contra la inflamación o para disminuir la respuesta inmunitaria. Piqueras afirma que ahora está genial. Buena parte del mérito es de la pediatra Carmen de Lucas, que le hace seguimiento desde que era pequeña en el Hospital Niño Jesús. “Es bueno para las personas que están enfermas con lupus saber que hay un futuro, que la gente está investigando, que habrá cosas nuevas y que, dentro de unos años, probablemente, el pronóstico habrá cambiado”, razona De Lucas. “Este hallazgo es un paso muy importante y creo que va a tener muchas consecuencias a medio plazo”.

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