Los ratopines rasurados o ratas topo desnudas (Heterocephalus glaber) no solo poseen un aspecto extraño, sino además un estilo de vida inusual: pasan toda su historia bajo tierra. Además, apenas sienten dolor, ocasionalmente desarrollan cáncer y son extraordinariamente longevos, siendo capaces de vivir hasta 37 años. Estos pequeños roedores, protagonistas del #Cienciaalobestia, viven en colonias estrictamente organizadas. Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los individuos de mayor rango social presentan bazos más grandes. El aumento del tamaño de este órgano no solo les protegería mejor contra enfermedades, sino que podría incrementar su longevidad.
Gary Lewin, investigador del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular de la Asociación Helmholtz (MDC, Alemania), investiga estos extraordinarios roedores, el equipo de Lewin en el laboratorio de Fisiología Molecular de la Sensación Somática, junto con científicos del Centro Alemán de indagación del Cáncer (DKFZ), la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y la Universidad de Pretoria (Sudáfrica), ha hecho un nuevo hallazgo: los ratopines rasuados de más grande estatus social poseen un bazo más grande.
Los hallazgos se han publicado en la revista ´´Open Cell´´. Este órgano ejerce un papel importante en el sistema inmunitario e interviene en la formación y maduración de las células inmunitarias. “Esto podría significar que los animales de más grande rango poseen superiores defensas incorporadas que los que permanecen por debajo de ellos en la jerarquía social”, apunta Valérie Bégay, creadora principal del análisis.
Al comienzo los investigadores pensaron que los roedores con el bazo más grande estaban enfermos, debido a que este órgano se hincha una vez que el cuerpo humano conbate contra la inflamación y la patología. “Pero no encontramos nada, ni siquiera marcadores inflamatorios en la sangre o cualquier otra prueba de enfermedad”, cuenta la investigadora. “Tenía que haber otra descripción para el agrandamiento del bazo”. Bégay halló que la magnitud del bazo estaba relacionado con el estatus social del animal gracias a su compañera de laboratorio, Alison Barker, quien ha llevado a cabo varios experimentos con ratopines rasurados para aprender su comportamiento.
Para llegar a esta conclusión, las investigadoras hicieron que dos ratas topo desnudas corrieran una hacia la otra en un tubo y observaron cuál era la dominante. “El animal de mayor rango siempre trepará sobre el de menor rango", dice Barker. Gracias a este experimento, descubrieron que los roedores de mayor estatus social tenían el bazo más grande.
Los autores además estudiaron los órganos a nivel molecular. Para eso, usaron la secuenciación del ARN y la investigación de muestras de tejido para clasificar las diversas células del sistema inmunitario del bazo. Esto enseñó que el número de macrófagos –unas células inmunitarias que matan a los patógenos rodeándolos y tragándolos– se incrementa en los órganos agrandados, en definitiva, que el comportamiento afecta directamente a las características físicas del sistema inmunitario, o viceversa. Los investigadores también intuyen que el bazo influye en la longevidad del roedor, ya que los ratopines rasurados que tienen éxito al reproducirse viven más tiempo.
La reina no suele fallecer de vieja, sino que suele ser asesinada a lo largo de un ‘golpe de estado’, o sea, una vez que otra hembra concentra a sus seguidores masculinos y descarta a la vieja monarca. Hasta su último día, la reina es fértil. Jamás experimenta la menopausia, es como si su organismo no envejeciera, Esto indica que un sistema inmunitario profundo retrasa el proceso de envejecimiento.
El deseo sexual puede ser lo que les impulse, ya que solo los miembros de mayor rango pueden reproducirse y esto podría ser un mecanismo de selección. Al permitir que solo los más exitosos se apareen, se asegura que los animales con los sistemas inmunológicos más fuertes transmitan sus genes.
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