Para este análisis, el equipo de investigadores desarrolló una infraestructura de la nube usando un grupo de 22.500 procesadores informáticos , lo que permitió buscar una gran cantidad de secuencias virales en los millones de Gigabytes de datos de secuenciación disponibles en bases de datos públicas.
El análisis detallado de ciertas familias virales permitió el descubrimiento de más de 30 nuevas especies de coronavirus, incluyendo ejemplos de vertebrados acuáticos como peces y anfibios cuyos coronavirus presentaron un genoma segmentado en dos fragmentos, característica detectada en otras familias virales pero no relacionadas con el coronavirus.
En el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de Valencia utilizaron la infraestructura de la nube mencionada anteriormente para el análisis del virus causante de la hepatitis D humana, un agente viral llamado Delta, de tamaño genómico mínimo y origen desconocido. Esto permitió al investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Marcos de la Peña Rivero, detectar virus similares en otros animales, incluyendo no sólo mamíferos y otros vertebrados, sino también invertebrados.
"Sorprendentemente, estos virus se encontraron también en muestras medioambientales recogidas en lagos y suelos de todo el mundo, y cuyos huéspedes serían por el momento desconocidos", ha sostenido el investigador del CSIC.
Una de las novedades desveladas por este estudio, es la existencia de virus con genomas ultra-compactos y de tamaño ínfimo. "Este descubrimiento permite avanzar una conexión evolutiva cercana entre virus tan distantes como la hepatitis D humana y los agentes subvirales de plantas llamados 'viroides', ha asegurado de la Peña. Es por todo ello que este estudio puede servir de gran utilidad para caracterizar la diversidad planetaria de todos los virus existentes y prepararse ante posibles nuevas pandemias.
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