ESTUDIAN ROCAS DEL TRIÁSICO-JURÁSICO PARA LA BÚSQUEDA DE VIDA EN MARTE

La búsqueda de vida en el Universo está fuertemente relacionada con como entendemos la vida en la actualidad y en la antigüedad, además de con los factores que tenemos en cuenta al hablar del desarrollo de la vida y su interacción con el ambiente. Buscar algún tipo de rastro de vida en rocas antiguas es complicado, pues a veces el tiempo y la diagénesis han destruido y reciclado biológicamente fósiles estructurales o texturales. Por ello, el uso de biomarcadores moleculares o isotópicos resulta mucho más útil para estas situaciones en las que los factores destructivos como la radiación UV, la erosión, la presión o la temperatura han podido causar la degradación progresiva de los posibles restos biológicos.

Un equipo de diversos especialistas del Centro de Astrobiología y la Universidad Católica del Norte ha realizado un estudio recientemente, que ha sido portada de la revista líder en el campo (Astrobiology), ha investigado el perfil de los biomarcadores ya mencionados anteriormente preservados en rocas del Desierto de Atacama, en Chile. Concretamente han analizado muestras de tres rocas sedimentarias (carbonatos) del Triásico-Jurásico, tratando de encontrar algún rastro de vida a lo largo de los últimos 200 millones de años.

La investigadora del CAB y líder de la investigación, Laura Sánchez-García, señala que "es fundamental combinar la búsqueda de múltiples moléculas diana con diferentes composiciones químicas, grados de conservación y especificidad biológica para completar la información biológica o temporal limitada proporcionada por cada una a nivel individual y lograr así una imagen más integradora de cómo fue el ambiente original. La estrategia de aplicar múltiples biomarcadores, que cubren diferentes aspectos y complejidades químicas aumenta la probabilidad de detectar señalas inequívocas de vida"

En el estudio fue aplicada una plataforma multianalítica para detectar distintos tipos de biomoléculas, las cuales tienen distintas resistencias a la degradación y diferentes capacidades de diagnosticar sus fuentes biológicas. La identificación combinada de biomoléculas que derivan de lípidos y proteínas con las señales positivas de un chip detector de vida permitió sacar conclusiones acerca del metabolismo y la diversidad de las formas de vida más recientes. Por otro lado, el análisis molecular e isotópico de las cadenas de lípidos, las cuales tienen una mayor resistencia a la degradación permitieron identificar fuentes biológicas más antiguas, además de recrear las condiciones ambientales presentes en los últimos 200 millones de años.

Los autores de este estudio creen que puede ser útil para la detección de vida extraterrestre, pues podemos detectar biomarcadores a distintos niveles de complejidad química, permitiendo así superar las limitaciones del diagnóstico debido a la falta de especificidad y/o degradación a lo largo del tiempo geológico. Se deberían considerar por lo tanto estrategias similares para interpretar los resultados de las misiones actuales en Marte y para futuras misiones astrobiológicas a este planeta, en las cuales se prevé el uso de técnicas de detección como las usadas.

Fuentes: Agencia SINC y El Centro de Astrobiología-CAB

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