¿CAPTAR ADN DEL AIRE?


Existe una necesidad real de analizar el ADN de los seres vivos que nos rodean, e incluso el nuestro
propio. Este análisis del código genético nos ayude entre otras cosas a detectar posibles enfermedades o  identificar distintas especies.

Estamos acostumbrados a técnicas para rastrear la presencia de animales basadas en cámaras, observación directa o siguiendo pistas como huellas o heces. Sin embargo, estas técnicas son muy invasivas y además necesitan que el ser vivo en cuestión haya estado presente recientemente.

Gracias a dos recientes experimentos llevados a cabo por dos equipos, uno en Dinamarca y otro en Reino Unido y Canadá, se ha logrado capturar todos los rastros e información genética que los animales van dejando en la atmósfera.

Dicha información es conocida con el nombre de ADN ambiental o eDNA en inglés, consiste en los rastros de información genética que los animales van dejando a medida que van interactuando con el medio que les rodea. 

La ventaja de capturar el ADN del aire es que se pueden detectar animales que no están a la vista o incluso no han estado en un lugar recientemente. Sin embargo, el ADN ambiental tiene un inconveniente, y es que se diluye fácilmente en el aire y es difícil detectarlo.

Pues bien, estos dos equipos de científicos y científicas se propusieron diseñar una manera de capturar ese ADN esquivo. El equipo de Dinamarca utilizó una aspiradora a base de agua y dos ventiladores, y el de Reino Unido y Canadá usaron varias bombas de vacío con filtros. Ambos equipos instalaron sus aparatos en diferentes áreas de sus respectivos zoológicos.

Ambos experimentos obtuvieron gratos resultados, captando las muestras que podrían provenir de saliva, heces o piel de los animales que se hubiese quedado en el aire, animales que incluso se encontraban fuera de el zoológico o en instalaciones cerradas. No obstante, no pudieron determinar las fuentes exactas de las que provenían estas muestras. El equipo de Dinamarca consiguió detectar 49 especies y el equipo de Reino Unido y Canadá, un total de 25 especies distintas.

Estos nuevos métodos al no ser tan invasivos sugieren que el ADN ambiental podría facilitar la protección de las diversas especies del planeta. Se podría observar con mayor facilidad a especies en peligro de extinción o poder conocer la información genética en ambientes de difícil acceso.


Ahora lo principal es enfocarse en estos experimentos e intentar ampliar el muestreo a entornos más amplios y con menor concentración de animales, como por ejemplo parques naturales, y comprobar así la veracidad y la duración de los restos de ADN en el ambiente.

Fuentes: BBC, LA NACION

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