LA DISMINUCIÓN DE LA INGESTA GLÚCIDOS ENGORDA

Existe una clara necesidad bioquímica para hacer entrar en combustión los carbohidratos. Tal fin consiste en optimizar la combustión de las grasas ya que la oxidación de las grasas siempre requiere una paralela co-oxidación de carbohidratos. Por tal motivo se suele decir que: “las grasas se queman o degradan sobre la llama de los carbohidratos.” De ahí que una dieta excesivamente baja o carente de carbohidratos – a corto, mediano, o largo plazo – estará destinada a fracasar porque se perderán grandes cantidades de musculo y agua.

Por lo tanto, el catabolismo o bien la degradación de las grasas depende, en parte, de un continuo catabolismo de carbohidratos de fondo. De esta manera, cuando disminuye el aporte o el nivel de carbohidratos, también disminuirá el nivel de oxalacetato tan necesario para la quema de grasas.                  Para responder a varias preguntas, un equipo de investigadores se puso manos a la obra y realizó una revisión de artículos. El resultado ha sido publicado recientemente, con algunos puntos interesantes.
El primero de ellos es que, en efecto, existen evidencias sobre la eficacia de las dietas bajas en carbohidratos. Pero, eso sí, a corto plazo, entendiendo como tal hasta un máximo de seis meses. Durante este tiempo, resulta efectiva en cuanto a la reducción de grasa y la remisión de la diabetes mellitus tipo 2.

"La adopción de la dieta baja en carbohidratos da como resultado un suministro reducido de carbohidratos al hígado que a su vez provoca una reducción en la conversión de carbohidratos excesivos en ácidos grasos y una mayor lipólisis", escriben los autores.

"También hay una reducción en los niveles de insulina plasmática que libera el impulso de almacenar grasa dentro del tejido adiposo, que finalmente se manifiesta en una pérdida progresiva de grasa corporal”, se afirma en el estudio. A lo que añade que, incluso, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Ahora bien, y aquí está el segundo resultado interesante, a largo plazo, la eficacia cae de forma clara. Esto significa que no solo se deja de perder peso a partir de un determinado punto, sino que es muy posible la aparición del temido 'efecto rebote'. De modo que, todo el esfuerzo anterior evitando determinados alimentos, puede quedar en aguas de borrajas. Un efecto que puede estar relacionado con las dificultades de mantener una dieta de este tipo, tan restrictiva en una gran variedad de alimentos.

"El éxito a largo plazo de cualquier modificación dietética depende de su aceptación por parte del individuo y de su aplicabilidad práctica y, lo que es más importante, del disfrute asociado con su adopción. Desafortunadamente, muchos de los efectos hedónicos placenteros de comer provienen de la ingestión de carbohidratos, y particularmente de la combinación de carbohidratos y grasas", se afirma. Algo que juega en contra de su sostenibilidad durante mucho tiempo. 
Es precisamente en este sentido que la frase: “las grasas se queman sobre la llama de los carbohidratos,” cobra sentido funcional. Una dieta correctamente estructurada, entre muchas cosas más, mantiene una juiciosa y constante ingesta de carbohidratos y, además, genera un leve estado de cetosis.


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