¿POR QUÉ EL AGUA DEL MAR ES SALADA?

 La superficie del planeta Tierra está formada por alrededor de un 70% de agua y un 30 % de masa
continental. Dentro de esa inmensa cantidad de agua, más o menos el 95% es agua salda que se encuentra en mares y océanos.

La salinidad del agua de los océanos tiene una concentración de 3,5%, por lo que a cada 100 gramos de agua procedente del mar le corresponden 3,5 gramos de sales minerales disueltas entre las que destacan el cloro y el sodio, componentes de la sal común.

El mar tiene unas cantidades tan elevadas de sal que si se pudiese extraer toda la sal de los océanos y esparcirla por la masa continental, se estima que se crearía una masa de 160 metros de espesor.

Unas de las preguntas más recurrentes a cerca de los océanos es ¿de dónde proviene la sal de los mares? y ¿por qué los lagos y los ríos no son salados como el mar?

La teoría más aceptada actualmente fue propuesta por Edmund Halley, quien explicó que el agua de las nubes cae y atraviesa la atmósfera, una vez la ha atravesado interacciona con el dióxido de carbono lo que provoca la formación de ácido carbónico que hace que el agua de la lluvia sea ligeramente ácido. Durante toda la existencia del planeta, dicha lluvia ácida ha erosionado con las rocas y ha dado lugar a diferentes sales y minerales que en forma de iones y empujados por las escorrentías han acabado en los océanos y mares, aumentando así la salinidad del mar.

Por otro lado, la NOAA de Estados Unidos ha señalado otras tres importantes fuentes culpables de la salinidad de los océanos, las erupciones volcánicas submarinas, los fluidos hidrotermales y las cúpulas de sal.

Hay que recalcar que la concentración de sal de los océanos no es la misma en todas las partes del mundo. Por ejemplo, el mar Rojo puede alcanzar entre 42-46 gramos de sales por litro de agua, mientras que en el mar Mediterráneo la concentración baja a 36-39 gramos por litro. Estas diferencias de salinidad se deben a diversos factores ambientales entre los que destacan, la cantidad de agua que se evapora, el aporte de ríos o lagos, el aporte de precipitaciones, y la temperatura que puede modificar la solubilidad del agua.

Un dato curioso es que las sales minerales que se encuentran en los mares y océanos no son únicamente sal común, sino que se pueden encontrar hasta 80 elementos de la tabla periódica, eso sí, en cantidades mucho más pequeñas y disueltas. Las más comunes son el magnesio, el calcio, el azufre y el potasio.

Fuentes: National Geographic, El Español

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