La química cerebral es el sistema complejo que permite al cerebro funcionar con el uso de sustancias químicas conocidas como neurotransmisores que transportan la información en el cerebro, estos son producidos por las células. Suelen ser péptidos, aminas biogénicas y neurotransmisores de aminoácidos.
Debido a este funcionamiento, existe una conexión entre las emociones y la química del cerebro. Poder acceder a la percepción del mundo exterior, nuestros recuerdos, sentimientos, pensamiento… es posible gracias a las neuronas, que transmiten y reciben la información para elaborar una respuesta.
Por ejemplo, un beso de una
persona que amamos da lugar a la secreción de oxitocina, hormona que reduce
el estrés y la ansiedad y produce placer. Esta es llamada la “hormona del amor”.
Si por el contrario, nos encontramos con una persona con la que hemos tenido
encuentros previos desagradables, los efectos que se producirán serán los
contrarios.
Se podría decir que las principales sustancias químicas que nos hacen sentir bien son:
- La oxitocina, que ya se ha mencionado anteriormente
- La serotonina: Cumple una importante función en la regulación emocional y cognitiva. Bajos niveles de esta causan síntomas como agresión, hiperactividad… y altos niveles producen efectos contrarios, tales como calma, paciencia…
- La dopamina: Regula funciones neurovegetativas como la presión arterial, funciones motoras y es fundamental porque altera nuestras emociones, por eso mismo muchas drogas contienen este neurotransmisor. De esta manera, se consigue un estado de emoción y felicidad. Un claro ejemplo de esta, es la nicotina, creando una adicción a los cigarrillos y alterando la química del cerebro
Sin embargo, siempre hay que mantener un equilibrio importante de ellos, ya que un cambio en su composición o cantidad, puede provocar grandes problemas. Por tanto, se deben liberar en cantidades suficientes para poder reaccionar con receptores específicos y dar lugar a nuestro bienestar
Además, ciertos tipos de
personalidad se han relacionado con la diferente cantidad de sustancias
químicas presentes en nuestro cerebro, siendo peligrosas en muchas ocasiones, como el defecto
de dopamina, provocando que sea más complicado sentir satisfacción y recompensa,
dando lugar a comportamientos de agresividad si este fin no es conseguido
Por tanto, los cambios en la química del cerebro no solo afectan al estado de ánimo, si no que también pueden tener un mayor impacto en el sistema nervioso, pudiendo desarrollar afecciones
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