Sin embargo, después de un año de nacer, los niveles van a ir disminuyendo hasta llegar a los 20 años en donde se mantendrá estable hasta los 60. Una vez llegados a los 60 la actividad metabólica irá disminuyendo hasta alcanzar los niveles más bajos en los últimos años de vida. Según Pontzer, estos cambios podrían ayudarnos a trazar estrategias de nutrición y salud a lo largo de la vida.
Este estudio no estaría completo sin la participación de Rozalyn Anderson, profesora de medicina en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde publica un artículo que acompaña a la investigación. En este artículo sostiene la idea de que además de tratar el metabolismo sobre la energía, también trata otro aspectos de la función celular. También actúa como un sensor y regulador.
Volviendo a las etapas del metabolismo, en los bebes disminuye una media de 3% cada año hasta llegar a los 20 años y ni siquiera la adolescencia altera esta progresión. Una vez llegado a los 60 años disminuye el metabolismo una media de 0,7% por año, lo que explica porque una persona nonagenaria necesita menos calorías que cuarenta años antes.
Como conclusión, Pontzer comenta que el calendario de nuestras etapas metabólicas no coincide con los cambios fisiológicos que podemos observar al crecer y envejecer
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