EL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD: LA TELOMERASA

Como sabemos las células se dividen antes de “morir” dando lugar a células nuevas, de esta forma los órganos se regeneran. No obstante, algunos órganos como el corazón o el cerebro tienen poca capacidad de regeneración.

Esta división implica la duplicación del ADN de la célula obteniendo, en teoría, una copia idéntica del material genético de su predecesora.

En principio este proceso debería repetirse de forma indefinida pero sabemos que esto no es así. ¿Por qué?

Los extremos del ADN se llaman telómeros y tienen como finalidad proteger el material genético de los cromosomas. Es algo similar a lo que pasa con los extremos de los cordones de los zapatos.

En cada división celular estos telómeros se van acortando de manera que cuando llegan a un mínimo la célula ya no se puede dividir puesto que su material genético se deteriora, la célula (y el órgano al que pertenece) ha envejecido o directamente muere.

Si pudiéramos alargar los telómeros habríamos encontrado el secreto de la eterna juventud. ¿Se puede hacer? La respuesta es sí, usando telomerasa que es una enzima que puede regenerar, en cierta medida, los telómeros.

Las células madre son las guardianas de casi toda la telomerasa pero con el paso del tiempo la producción disminuye, presentándose el envejecimiento.

Si pudiéramos tener células con largos telómeros y gran cantidad de telomerasa estaríamos cerca de la inmortalidad. Este tipo de células existen, son las células cancerígenas que se reproducen de forma rápida, repetitiva e indefinida dando lugar a tumores.

La búsqueda de la eternidad nos puede llevar a la muerte. ¿Paradójico no?

Tendremos que esperar que la ciencia será capaz de controlar el tamaño de los telómeros y la cantidad de telomerasa para alargar la vida de nuestras células sin llegar a sufrir tumores, llegando incluso a tener terapias para enfermedades hoy incurables.

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