GALAXIAS ENANAS LEJANAS CON MONSTRUOSOS AGUJEROS NEGROS SUPERMASIVOS

En el centro de las galaxias masivas, como nuestra Vía Láctea, moran agujeros negros supermasivos que tienen masas de más de un millón de soles. Por ejemplo, nuestro 'monstruo' se llama Sagitario A y posee una masa equivalente a unos cuatro millones de soles. La teoría apunta a que en galaxias enanas, más pequeñas y menos masivas que la nuestra, deben encontrarse unos escurridizos agujeros negros de masa intermedia, muy difíciles de encontrar. Sin embargo, sí se habían detectado cerca de nosotros -en el universo actual- estas galaxias menos densas con agujeros negros supermasivos. Es decir: galaxias más pequeñas con monstruosos agujeros negros como el nuestro en su interior.

Ahora, un equipo internacional de astrónomos en el que también participan investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto siete agujeros negros supermasivos en galaxias enanas cuando el universo era mucho más joven, 6.000 millones de años después del Big Bang. El estudio acaba de publicarse en la revista 'The Astrophysical Journal Letters'.

En concreto, el trabajo se ha fijado en siete galaxias enanas vistas tal y como eran hace entre 10.000 y 6.000 millones de años después del Big Bang. Pero la sorpresa no fue localizarlas, sino el tamaño de sus agujeros negros. «Su masa es consistente con la de agujeros negros supermasivos, ya que son 10 millones y 100 millones de veces la masa del Sol», señala en un comunicadoMar Mezcua, que lidera el estudio y es investigadora del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC).

Se cree que las galaxias masivas y sus agujeros negros supermavisos crecen a la vez, evolucionan juntos: las galaxias crecen en cúmulos -grandes agrupaciones de galaxias unidas por la fuerza de la gravedad- cuyas interacciones aumentan su tamaño; por su parte, los agujeros negros del interior devoran gas y materia a su alrededor. Sin embargo, este trabajo apunta a que los agujeros negros han crecido más rápido que sus galaxias anfitrionas. El equipo plantea la hipótesis de que tan solo es cuestión de tiempo que estas galaxias crezcan e 'igualen' a sus agujeros negros, encajando sus masas.

Los científicos también concluyen que estos agujeros negros pueden tener su origen en galaxias enanas con agujeros negros de masa intermedia en el universo temprano, 1.000 millones de años tras el Big Bang. El personal investigador ha llegado a esta conclusión tras realizar simulaciones de agujeros negros de masa intermedia o semilla (a partir de los que se piensa que pueden crecen los agujeros negros supermasivos) y descubrir que, posiblemente, una parte de esos agujeros negros de masa intermedia haya evolucionado rápidamente hasta convertirse en supermasivos, al contrario que las galaxias que los alojan.

«Este hallazgo tiene implicaciones en nuestra comprensión del crecimiento de los agujeros negros supermasivos, como es el caso del agujero negro en el centro de la Vía Láctea», afirma la astrónoma.

Fuente: ABC

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