Durante muchas décadas se ha estado investigando acerca de esta, y es por eso por lo que los científicos se proponen conseguir un antígeno que ayude a nuestro sistema inmune a destruir células cancerosas para evitar que ocasionen problemas mayores. A lo largo de la historia se han planteado una enorme cantidad de ensayos de fármacos contra el cáncer, pero que finalmente acaban fracasando ya que las células que ocasionan estos tumores no son totalmente iguales y pueden contener una gran variedad de proteínas diferentes. Es por esto mismo, por lo que las vacunas contra ella se utilizan como tratamiento más que como prevención.
A pesar de eso, esto parece ir avanzando gracias a la tecnología del ARNm, debido a que este crea un proteína S que se encuentra en la capa exterior del virus del Covid y que cuando el sistema inmune la identifica, elabora una respuesta. Esta consiste en bloquear la entrada del virus impidiendo su unión a nuestras células. De igual modo, este mismo procedimiento podría usarse para combatir el cáncer, solo que en vez de crear antígenos para luchar contra un virus, es contra un tumor.
Por último, un grupo de investigadores estudió las modificaciones químicas más importantes del ARN, también conocidas como marcas epitranscriptómicas. Si se lograra revertirlas, que en el cáncer pueden estar mal colocadas, sería posible evitar los cambios en la actividad de las proteínas o la expresión de sus genes, desarrollando de esta manera nuevas farmacologías contra la enfermedad.Por tanto, los científicos esperan combinar la aplicación de la epitranscriptoma en el cáncer y el posterior diseño del código epitranscriptómico en una célula tumoral, para así, poder encontrar el mejor tratamiento. Debido a todo esto, algunos estudios muestran que es posible que se encuentre una vacuna contra esta enfermedad antes del 2030.
Fuentes: EL ESPAÑOL, NATIONAL GEOGRAPHIC, CSIC
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