CPEB4 AYUDA A LOS LINFOCITOS EN CASOS DE ESTRÉS CELULAR

 Unos científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, descubren que la proteína CPEB4 ayuda a que los linfocitos ejerzan su función antitumoral en caso que la célula se encuentre es estado de estrés.

Estas células se adaptan al estrés crónico que es generado por la secreción de citocinas, esto es esencial 'ara que puedan adoptar su función y eliminar células cancerosas. Los linfocitos T, quienes son agentes del sistema inmune, rodean al tumor para poder identificarlo y eliminar así las células tumorales.

CPEB4 es necesario para garantizar así que los linfocitos T realicen efectivamente su función que es la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer, con el entorno del tumor el estrés celular es muy alto y se encuentra una falta de nutrientes y de oxigeno por la velocidad de reproducción de las células cancerosas.

Los científicos que han recibido una colaboración del laboratorio que es dirigido por Eduard Batlle en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona harán una investigación de cómo influye a la CPEB4 el envejecimiento y la dieta en sus niveles y como resultado da una respuesta adecuada al estrés. 

En 2018 unos investigadores identificaron que CPEB4 estaba afectado por el autismo, desde aquí empezaron a investigar más sobre esta proteína viendo que provocaba que se desregule la expresión de unos 200 genes, que estos genes , al tener mutaciones, aumentan cierto riesgo de desarrollarlos desconociendo cómo funcionaban los factores de riesgo entre estos.

Algunos estudios identifican nuevos genes reguladores de la expresión génica que en el autismo tienen el mismo tipo de alteración que vieron en CPEB4. Además, en su grupo han comprobado que la alteración de CPEB4 también aparece en la enfermedad de la esquizofrenia. En cuanto al potencial como diana terapéutica que su trabajo ya advertía en 2018, han probado que una técnica distinta a la edición génica se puede utilizar para corregir el desbalance de las formas de CPEB4.

Fuentes: La Vanguardia, COPE, CSIC



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