LAS VACUNAS DE RNA MENSAJERO VIENEN PARA QUEDARSE


La tecnología con terapias con RNAm, estaba en investigación de forma avanzada para diferentes tipos de enfermedades como el cáncer y diabetes desde hace años. Pero debido a la pandemia producida por el virus Sars cov2 y el gran número de muertes que se producían, se aceleró su puesta en marcha y comercialización de forma urgente, acortándose todos los plazos exigibles en la investigación de cualquier fármaco.

 Por otro lado, la gran cantidad de dosis inoculadas en pacientes sanos en todo el mundo han hecho de esta vacuna uno de los fármacos más probado, demostrando su eficacia.

Esto ha llevado a la utilización de esta técnica en el desarrollo de vacunas similares para una gran cantidad de enfermedades como virus respiratorio sincitial, VIH, virus de Epstein-Barr, malaria, tuberculosis, herpes zóster, gripe y el zika pudiéndose también usar en tratamientos personalizados contra el cáncer.

El ARN mensajero es, un código genético que el ADN puede leer y fabricar proteínas. El ARNm utilizado en las vacunas, lleva información para fabricar una proteína específica y esta hace que nuestro sistema inmunológico la reconozca y estar preparado para generar una respuesta más rápida cuando se encuentre el propio virus, mediante la producción de anticuerpos.

Las vacunas creadas por esta técnica, son baratas, rápidas, fáciles de fabricar y muy eficientes, ya que media hora después de llegar el ARNm, a la célula ya están produciendo la proteína.

Las vacunas actuales funcionan presentando una proteína del virus a nuestro sistema inmunológico, la cual genera una respuesta inmunitaria, pero se tarda meses en incubar el virus para producir esta proteína e incluso durante este tiempo, estos, pueden mutar, no siendo la vacunación eficaz. Las vacunas de ARNm, por otro lado, son rápidas de fabricar y se pueden crear vacunas que codifiquen más de una proteína viral, lo que podría permitirnos crear vacunas que protejan contra varias cepas o diferentes enfermedades.

De igual forma, podemos entrenar a nuestro sistema inmunológico para que reconozca las proteínas en las células cancerosas, pudiéndose estudiar las células del tumor de una persona y crear una terapia totalmente personalizada que ayudaría a su sistema inmunitario a vencer el cáncer.

Por último, es poco probable que estas vacunas prevengan o traten todas las enfermedades, al menos con la tecnología actual, por sus limitaciones, como necesidad de conservación a bajas temperaturas, lo que la limita en algunas partes del mundo. Además, algunas enfermedades presentan dificultades, ya que la vacuna deberá indicar una proteína que le dará al sistema inmunitario algo para reconocer y defenderse y no es fácil en algunos virus como en el VIH, puesto que nunca se ha encontrado en este una proteína que induzca una respuesta inmunológica que funcione bien frente a este virus.

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