La esclerosis lateral amiotrófica (ELA)es una enfermedad neurodegenerativa y potencialmente mortal, que causa la pérdida progresiva del movimiento, ya que afecta directamente a las neuronas motoras del
cerebro, del tronco encefálico y de la médula espinal; que son las células encargadas de transmitir la orden del movimiento voluntario del cerebro a los músculos. Esta enfermedad generalmente se manifiesta en la edad adulta y, aunque los mecanismos fisiopatológicos causantes de ésta no se conocen todavía, hay diversas teorías sobre ello.
Un nuevo descubrimiento genético propone la teoría de que las enfermedades degenerativas de las neuronas motoras están causadas por vías anormales de procesamiento de lípidos dentro de las células cerebrales. Además, podrían de tener relación con la velocidad de la enfermedad.
Las personas que sufren esclerosis lateral amiotrófica (ELA) presentan una composición alterada de las grasas en las células de la médula espinal. Un nuevo estudio de Universidad de Exeter (UK) ha identificado un nuevo gen denominado TMEM63C como causa de esta enfermedad. De hecho, la proteína que codifica a este gen se encuentra en la región de la célula donde operan las vías de procesamiento de lípidos, lo que refuerza esta teoría.
También, el científico y profesor Manuel Portero-Otín con la ayuda de Joaquim Sol, Mariona Jové y Victòria Ayala, de la UdL, el Instituto Catalán de Salud, el IRBLleida y la IDIAPJGol, y otros investigadores del Hospital de Bellvitge, el IDIBELL, la University of Oxford, el King's College London, la Universitat de Barcelona y la Columbia University, han publicado un estudio en la revista Brain Communitacions en el que demuestra la correlación entre algunos lípidos y el líquido cefalorraquídeo: señaló que el aumento de la concentración de ciertos lípidos en el líquido cefalorraquídeo aumentaban la velocidad de la ELA.
Ahora bien, hay factores de riesgo de la enfermedad y también de prevención. Algunos de los factores de riesgo de la ELA son el tabaquismo, mutaciones genéticas, bajo IMC (Índice de Masa Corporal) sufrir un trauma o lesión física o la deficiencia de vitamina D. Por otro lado, algunos factores de prevención de la enfermedad son reducir el consumo de alimentos ricos en mercurio como atún o el pez espada, presentar un IMC dentro de los valores de normalidad, exponerse al sol sin protección durante más de quince minutos tanto en invierno como en verano y consumir alimentos ricos en vitamina D.
Para saber identificar la ELA hay una serie de sintomatología que puede ser alarmante, como la alteración del apetito, debilidad muscular, dificultad para hablar o la fatiga.
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