SI EVITAS LA OBESIDAD PUEDES EVITAR EL CÁNCER DE MAMA

En la edición del 22 de febrero de este año 2023 se ha publicado en la revista Science Translational Medicine un estudio de la investigadora Priya Bhardwaj, Ph.D. y su equipo del Colegio Médico Weill Cornell de Nueva York en el que se da a entender que en aquellas mujeres con una alteración en ciertos genes, la presencia de un IMC elevado aumenta las posibilidades de daños en el ADN del epitelio mamario lo que lleva a una mayor probabilidad de desarrollo de cáncer.

En la investigación se trabajó con tejido mamario de mujeres sanas pero con mutación en los genes BRCA1 y BRCA2, dividiéndose la muestra en 43 mujeres con IMC menor a 25 y 26 mujeres con IMC mayor a 25.
La función de los genes BRCA es protectora frente a contraer ciertos cánceres, ya que trabajan promoviendo la división celular sin mutaciones, reparando los daños que se hayan podido producir en el ADN.

En EEUU solo 1 de cada 500 mujeres sufren de mutación en los genes BRCA, según informa el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), pero de ellas la mitad han desarrollado un cáncer de mama antes de los 70 años y un 30 % han desarrollado un cáncer de ovario, cuando entre el resto de mujeres las probabilidades son de un 7 y un 1 % respectivamente.

El conocer su situación lleva a muchas mujeres con la mutación a optar por la cirugía y extirpar senos y/o ovarios, ya que es bien conocido que la mutación de estos genes tiene una gran asociación con el cáncer.

Los investigadores descubrieron que entre las mujeres con un IMC mayor a 25, que son las consideradas con sobrepeso, el tejido de las mamas presentaba más daño en el ADN.

En la investigación también se descubrió que si se bloqueaba la síntesis de estrógenos o se inhibía la actividad del receptor de estrógenos, el efecto negativo de un IMC alto se mitigaba, esto lleva a plantear la posible relación entre obesidad, actividad hormonal y errores en el ADN. Partiendo de un ADN dañado se abre la posibilidad de trabajar en dos líneas, una sobre estilos de vida evitando la obesidad y otra a través de fármacos que contrarresten la actividad hormonal.

Como conclusión de este estudio se podría decir que mantener un peso saludable disminuiría las posibilidades de tener cáncer de mama en aquellas mujeres con alta predisposición genética, poseedoras de la mutación en los genes BRCA.

Fuentes: Science, Genotipia

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