Que el clima está cambiando es una realidad, por ello desde distintas instituciones se están realizando investigaciones en laboratorio imitando la nueva situación, con el objeto de predecir los cambios a los que el ser humano y los seres vivos en general vamos a estar expuestos.
Una de estas investigaciones es la llevada a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke por Asiya Gusa, Vikas Yadav, Cullen Roth y colaboradores, publicada en la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencias, 2023 con el título " Análisis de todo el genoma de la movilidad del trasposón estimulada por estrés térmico en el patógeno fúngico humano Cryptococcus Deneoformans".
Recordamos que el Cryptococcus es un hongo patógenos, al igual que la Cándida o el Aspegillus que aunque apenas causan problemas a las personas sanas, no como los virus y bacterias que si causan muchos daños, son mortales para personas inmunodeprimidas.
La enfermedades causadas por los hongos no son infecciones que se contagien como las de otros microorganismos, no nos transmitimos hongos entre los seres humanos, pero los hongos producen esporas que están en el ambiente y que constantemente respiramos, actualmente con nuestra temperatura corporal y uso de mascarillas evitamos que se desarrollen en nosotros.Las actuales variedades de Cryptococcus no están adaptadas a nuestra temperatura corporal de 37 º C pero se ha experimentado que la especie Denoformans al exponerlo a estrés térmico se adapta a la nueva temperatura, pudiendo ser entonces causante de nuevas enfermedades. Se ha descubierto que la exposición a temperaturas más altas provoca cambios genéticos en el hongo, ya que el calor estimula a los trasposones que son unos "genes saltarines" causantes de la mayoría de mutaciones, cuanto más estimulados están más posibilidades hay de que aparezcan variedades adaptadas a las nuevas temperaturas.
El equipo investigador comprobó que tras 800 generaciones de crecimiento en el laboratorio, la tasa de mutaciones de los transposones fue cinco veces mayor en los hongos cultivados a 37º C que en los cultivados a 30ªC, un elemento llamado T1 tendía a insertarse entre los genes codificantes provocando cambios en la manera en que se controlan los genes, otro elemento llamado Tcn12 aterrizaba dentro de la secuencia de un gen produciéndole una alteración que podría conducir a la resistencia a los medicamentos, y un tercer elemento llamado Cnl1 tiende a aterrizar cerca de los extremos de los cromosomas.
El estrés térmico acelera el número de mutaciones que se pueden producir, y esto se interpreta como una mayor resistencia al calor por la respuesta adaptativa, así como mayor resistencia a los fármacos con un mayor potencial de provocar enfermedades.
Fuentes: Sciene Daily, PNAS
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