Los pies son una parte muy importante de nuestro cuerpo: soportan el peso y nos permiten andar, correr...
A lo largo de los años sufren muchos cambios, no solo en la piel, ya que con la edad se vuelve más fina y por ende más sensible, sino también en los huesos y articulaciones; como pueden aparecer los juanetes o los callos y durezas.
Uno de los síntomas visibles a través de los pies es tenerlos fríos, si sucede en invierno, no tiene importancia, a no ser que venga acompañado de otros síntomas, pudiéndose considerar una patología. En este caso suele ser un problema de circulación sanguínea, como es la enfermedad de Raynaud, que entre su sintomatología se encuentra el adormecimiento y frío en algunas zonas del cuerpo, como pueden ser los pies y los dedos de la mano. A esto se le suma el cambio de color en la piel de las extremidades y sensación de hormigueo. La raíz de esta dolencia puede encontrarse en el consumo de ciertos medicamentos como los indicados para la presión arterial, hábitos exóticos o síndrome del túnel tarsiano.
Esta enfermedad no es la única afección que puede estar detrás de los pies fríos, la neuropatía periférica nace como consecuencia de un daño neurológico al verse afectados los nervios fuera del cerebro y los nervios periféricos. La causa de esta enfermedad son problemas metabólicos, infecciones o diabetes.
El mal olor es otro de los síntomas, es incómodo y puede limitar la actividad social de quien lo padece. La mayoría de personas piensa que proviene de una mala higiene, aunque no en todos los casos es así.
Su nombre es podobromhidrosis y puede ocurrirle a cualquier tipo de personas, independientemente de su higiene, y en cualquier época del año, aunque hay en determinadas estaciones donde se agrava el mal olor.Los motivos por los que se puede producir este mal olor es la micosis, que es una enfermedad infecciosa que se produce cuando un hongo invade una uña provocando que esta se vuelva amarillenta y puede dividirse o resquebrajarse.
El pie de atleta es otra patología que puede desencadenar el mal olor y que afecta sobre todo a los deportistas por un exceso de humedad en el calzado.
Los pies hinchados es un síntoma más común de lo que parece, los pies tras un largo día no tienen el mismo aspecto que durante la mañana; aunque suele darse con más frecuencia en verano y los episodios de calor extremo, puede aparecer después de estar muchas horas sentado o de pie.
La obesidad o el consumo de alcohol también puede favorecer la hinchazón de los pies.
Aconsejan que si la inflamación no se ha pasado en un par de semana es recomendable acudir al podólogo, ya que la razón podría estar en otros problemas subyacentes, como dificultades cardíacas y renales.
Fuente: LA PROVINCIA
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