Este problema no es nuevo, se sabe desde hace ya tiempo, sin embargo, no ha sido hasta ahora que vemos la gran amenaza de frente cuando el tema ha cogido protagonismo. Si no abordamos de inmediato la amenaza la situación nos llevará hacia atrás, cuando la gente arriesgaba su vida por una infección en una cirugía menor.
Todo comenzó en 1928, cuando Alexander Fleming descubrió una sustancia, la penicilina, que mataba a la bacteria que este científico estaba examinando. Años después este fármaco ya se convertiría en el salvador de la historia de la humanidad. A partir de ahí se irían descubriendo cada vez más antibióticos que revolucionaron la medicina, permitiendo acabar con enfermedades como la tuberculosis o la neumonía.
Pero el real problema surge con la resistencia de estos antibióticos, que es la respuesta de los microorganismos ante estos medicamentos. El uso de los antibióticos produce que pierdan efectividad por una serie de sistemas biológicos. Las bacterias dejan de ser sensibles a sus efectos y acaban siendo necesarios principios activos que son cada vez más agresivos para el organismo humano. Este asunto solo empeorará, de hecho, ya existen superbacterias que aguantan hasta los antibióticos más potentes de última generación.
No se trata de un problema asociado solo a las bacterias, sino también a los microbios que tienen el potencial de mutar y hacer que nuestros medicamentos se vuelvan ineficaces haciendo que resurjan enfermedades que ya estaban bajo nuestro control.
Actualmente los efectos dañinos de la resistencia de antibióticos están presentes en todo el mundo. En 2014 las bacterias multirresistentes se cobraban anualmente en Europa y Estados Unidos las vidas de unas 50.000 personas, otros estudios plantean que para el año 2050 las muertes rondarán por los 10 millones de personas.
Los problemas con la resistencia de antibióticos es diferente según el país y está directamente relacionado con la cantidad de uso de los medicamentos. Pese a las diferencias, se puede decir que en general el consumo mundial de antibióticos en la medicina humana aumentó casi un 40 % entre 2000 y 2010.
Cualquier uso de estos antibióticos aumentará la resistencia, pero el uso innecesario general empeora de manera notable la situación, que se ve posibilitado por el uso de medicamentos sin prescripción médica en numerosos lugares, además de esto la velocidad y el volumen de los viajes por todo el mundo hace que se creen nuevas oportunidades para que los patógenos resistentes a los antimicrobianos se propaguen a nivel mundial.
A pesar de esta grave situación, se intentan tomar medidas para frenar el impacto, como mejorar las medidas de higiene para evitar infecciones y reducir el uso de antibióticos tanto en humanos como en personas. Otra medida será la inversión en investigación para así desarrollar nuevas moléculas, fármacos y principios activos.
FUENTES: National Geographic, El País
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