UN NUEVO HONGO SE PROPAGA RÁPIDAMENTE POR LOS HOSPITALES

Un apocalipsis zombi. Este escenario particular de la ciencia ficción actualmente ocupa un lugar muy llamativo en nuestras vidas. "The Walking Dead", "The last of us" o "Malnazidos" son algunas de las películas y series que tratan sobre estos temas, a menudo basando el inicio de la epidemia en infecciones por hongos y otros microorganismos. 

Pues bien, qué pasaría si esas historias de ciencia ficción se volviesen realidad, qué ocurriría si existiese un hongo capaz de reproducirse con rapidez y al que no se le pueda matar fácilmente. Dicho hongo es denominado Candida auris, fue descubierto por primera vez en el 2015, debido a la gran preocupación que originó por la resistencia que opone a los fármacos y medicamentos.
Aunque este hongo no nos va a convertir en zombis, sigue siendo un peligro inminente debido a la rapidez de propagación que está teniendo en numerosos hospitales.

El principal tratamiento para tratar las infecciones por Candida auris, son los antimicóticos denominados  equinocandinas, sin embargo, en 2021 se triplicó el caso de infecciones por este hongo resistentes al tratamiento.


Este microorganismo, en general, no es peligroso para personas sanas pero sí que pone en un riesgo elevado a la mayoría de pacientes hospitalizados, personas con sistemas inmunitarios débiles u otras con sondas. Principalmente infecta el torrente sanguíneo, provocando fiebre, sudores, escalofríos, etc.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. y Kevin Outterson sostienen que este hongo representa una amenaza urgente y que es necesario iniciar ya unas investigaciones para encontrar un posible tratamiento.

Outterson también expone que los hongos son unas de las formas de vida más abundantes del planeta, y que al igual que muchas bacterias son beneficiosos para nosotros, sin embargo, el problema surge cuando estos hongos se exceden de su habitual estrategia de supervivencia.

Las principales causas de estos cambios se deben o bien a la urbanización global, al cambio climático o al uso de medicamentos antimicóticos, antibióticos y la excesiva utilización de antifúngicos en agricultura. Estos últimos ocasionan la mejora de la resistencia de los microorganismos y la aparición de nuevas especies de hongos.


Las infecciones por hongos en los hospitales resurgieron con fuerza durante la pandemia del COVID, debido a que se puso el foco principal de preocupación en evitar el contagio del virus y tratar sus síntomas, relajando así las medidas preventivas de otras infecciones bacterianas y fúngicas. 

Esto realmente es un problema muy serio, puesto que pacientes que son hospitalizados para iniciar el tratamiento de una enfermedad como puede ser el cáncer, se ven afectados por agentes infecciosos que nada tienen que ver con su patología, sin embargo estas personas están debilitadas por los tratamientos y las infecciones les causan la muerte en muchos casos. 

Tanto las bacterias como los hongos se han convertido en dos amenazas inminentes en los hospitales, deben seguir investigando todas las formas de prevención de infecciones posibles, y así evitar que los pacientes que acuden al hospital a curarse terminen muriendo por un microorganismo que no era su principal preocupación.

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