UNA NUEVA ESTRUCTURA EN EL ADN CLAVE PARA ALARGAR LA VIDA Y LUCHAR CONTRA EL CÁNCER

Un nuevo descubrimiento científico ha conseguido arrojar luz sobre uno de los causantes principales del envejecimiento: los telómeros, unas estructuras que se encargan de proteger la información genética de los cromosomas de las células. Los investigadores han descubierto que los telómeros tienen una nueva estructura que no se conocía hasta ahora y que ayudará a entender su funcionamiento y a crear terapias que nos permitan vivir más y mejor. 

 

 

Científicos y compañías en todo el mundo están trabajando para desentrañar el mecanismo que activa el envejecimiento celular en los humanos. Se están invirtiendo miles de millones para crear laboratorios con los mejores equipos e investigadores con el objetivo de descubrir nuevas terapias que reviertan los efectos de la edad y nos permitan llegar a mayores con la mejor calidad de vida posible.


Incluso se han hecho estudios del impacto económico del éxito de este tipo de terapias, que prometen acabar con las enfermedades relacionadas con la edad como el alzheimer, la diabetes o algunos tipos de cáncer. Según los investigadores, cada año que se extiende la vida de la gente puede suponer unos 38 billones de euros extra a la economía. 


Pero para llegar a eso primero hay que entender en profundidad en qué consiste el envejecimiento celular. Uno de los principales objetos de estudio en este campo son los telómeros, las tapas que hay en los extremos de nuestros cromosomas que se encargan de proteger la información del ADN de las células. Cada vez que la célula se divide, los telómeros de los cromosomas se van desgastando hasta que las células dejen de dividirse, quede inactivas y se conviertan en senescentes (células zombie que producen iflamacines y causan enfermedades relacionadas con la edad). 


Hasta ahora se conocían dos tipos de estructuras de ADN en los telómeros, pero un grupo de investigadores de la Universidad de Leiden, en Países Bajos, y de la Universidad Tecnológica de Nayan, en Singapur, ha encontrado una nueva. Este descubrimiento, publicado recientemente en un artículo de la revista Nature, puede ayudar a profundizar en el conocimiento de los mecanismos del envejecimiento y adelantar el desarrollo de terapias para combatirlo. 


Según explican los investigadores, el ADN que se encuentra entre los telómeros mide dos metros de largo, con lo que se tiene que plegar extraordinariamente para que quepa dentro de una célula. El ADN se envuelve alrededor de unos paquetes de proteínas y juntos forman una estructuras que se llaman nucleosomas. La forma final recuerda a la de un rosario, con los nucluosomas haciendo de cuentas y los trozos de ADN libres representando la cuerda. 


Esa cadena se vuelve a plegar de nuevo y su forma final depende de la longitud del ADN que hay entre las cuentas, los nucleosomas. Los científicos ya conocían dos de esas estructuras de pliegue (representadas en la imagen): una con dos cuentas adyacentes que se pegan y tienen un trozo de ADN libre que cuelga entre ellas (A). Y otro en el que ese hilo de ADN es más corto y las cuentas adyacentes no consiguen pegarse y forman dos columnas (B). 


En la nueva estructura descubierta por el equipo, los nucleosomas están mucho más juntos, por lo que ya no hay ADN libre entre las cuentas y el pliegue final tom forma de espiral (C). 


Para encontrar esta nueva estructura, se echó mano de las propiedades físicas de estos elementos. John van Noort, investigador del Instituto de Física de Leiden  autor principal del estudio, utiliza métodos de la física para llevar a cabo los experimentos biológicos. En este caso, el equipo usó una combinación de potentes microscopios electrónicos (que utilizan un haz de electrones acelerados como fuente de iluminación) y la espectroscopía de fuerza molecular (capaz de medir las propiedades mecánicas de una proteína). 

 

Los investigadores explican que para ver con más claridad cómo se pliega la cuerda hay que adherir un extremo del ADN a un cubreobjeto de cristal, mientras que el otro se pega a una diminuta bola magnética. Un conjunto de potentes imanes situdados encima de esta bola tira de la cadena de cuentas y mide la cantida de fuerza necesaria para separarlas. La imagen final de la estuctura del ADN de los telómeros se consigue gracias al potente microscopio electrónico de los investigadores de Singapur. 


"La estructura es el santo grial de la biología molecular", dice Van Noort, "Si conocemos la estructura de las moléculas, podremos saber mejor cómo se activan los genes y cómo las enzimas de las células se ocupan de los telómeros: cómo reparan y copian el ADN, por ejemplo. El descubrimiento de la nueva estructura telomérica mejorará nuestra comprensión de estos mecanismo en el cuerpo. Y eso, a su vez, nos ayudará a estudiar el envejecimiento y enfermedades como el cáncer y a desarrollar fármacos para combatirlas".

 

Fuente: El Confidencial

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